Oráculo Osho Zen del 12 al 22

Oráculo Osho Zen del 12 al 22

Oráculo Osho Zen del 12 al 22. Arcanos mayores

Oráculo Osho Zen carta 12. Nueva Visión.

Oráculo Osho Zen carta 13. Transformación.

Oráculo Osho Zen carta 14. Integración.

Oráculo Osho Zen carta 15. Condicionamiento.

Oráculo Osho Zen carta 16. Relámpago.

Oráculo Osho Zen carta 17. Silencio.

Oráculo Osho Zen carta 18. Vidas Pasadas.

Oráculo Osho Zen carta 19. Inocencia.

Oráculo Osho Zen carta 20. Más Allá De La Ilusión.

Oráculo Osho Zen carta 21. Terminación.

Oráculo Osho Zen carta 22. El Maestro.

12. Nueva Visión

Cuando tú abres lo fundamental, inmediatamente se derrama un torrente en ti. Tú ya no eres más un ser humano corriente – tú has trascendido. Tu vislumbre ha llegado a ser el de toda la existencia. Ahora tú ya no estas más separado – has encontrado tus raíces.

De otra manera, frecuentemente, todos están moviéndose sin raíces, no sabiendo de donde su corazón está recibiendo energía, no sabiendo quién está respirando en ellos, no sabiendo lo sabroso de la vida que está circulando en ellos. No es el cuerpo, no es la mente – es algo fundamental a toda dualidad, que es llamado bhagavat – el bhagavaten las diez direcciones.

Cuando se abre tu ser interno, primero experimentas dos direcciones: lo alto y lo profundo. Y entonces suavemente, suavemente, como si fuese una situación establecida, tu comienzas a mirar alrededor, espaciándote en las otras ocho direcciones. Y una vez que tú has alcanzado el verdadero punto donde lo alto y lo profundo se encuentran entonces tu puedes mirar alrededor a la circunferencia del universo. Entonces tu conciencia comienza a desenvolverse en las diez direcciones, pero el camino ha sido uno.

Comentario:

En la figura de esta carta está naciendo uno nuevo ser, emergiendo desde sus raíces y creciendo con alas para volar sin límites. Las sombras geométricas alrededor del cuerpo de la figura, muestran las muchas dimensiones de la vida disponibles para él. El cuadrado representa lo físico, lo manifiesto, lo conocido. El círculo representa lo in manifiesto, el espíritu, puro espacio. Y el triángulo simboliza la naturaleza triple del universo: manifiesto, in manifiesto, y el ser humano que contiene ambos.

Ahora se te ha presentado la oportunidad de ver la vida en todas sus dimensiones, desde lo profundo a lo alto. Ellos existen juntos, y cuando lo llegamos a saber por la experiencia que lo oscuro y lo difícil son tan necesario como llevadero y fácil, entonces comenzamos a tener una muy diferente perspectiva del mundo. Por permitir que todos los colores de la vida nos invadan, nosotros llegamos a estar más integrados.

13. Transformación

Un maestro Zen no es un simple profesor. En todas las religiones hay solamente profesores. Ellos te enseñan acerca de materias que tú no sabes, y ellos te piden que creas porque no hay otro camino para traer esas experiencias en una realidad objetiva. Ninguno tiene el profesor para saber de ellos – ellos han creído en ellos; Él transfiere su creencia a alguien más.

El Zen no es un mundo para creyentes. No es para los que tienen fe, es para esas almas osadas que puedan botar toda creencia, incredibilidad, dudas, razones, mente, y simplemente puedan entrar en su pura existencia sin fronteras. Pero trae una tremenda transformación, más bien.

Déjame decirte que mientras otros están involucrados en filosofías, Zen está involucrado en metamorfosis, en una transformación. Pero su lenguaje tiene que ser comprendido, no con la razón o la mente intelectual sino con tu corazón amoroso. O hasta que lo escuches, no importa en todo caso si es verdad o no. Y viene un momento repentinamente en que tú lo ves, el cual ha sido evadido toda tu vida. Repentinamente, lo que Gautama Buda llamó abrir las: “ochenta y cuatro mil puertas”.

Comentario:

La figura central en esta carta está sentada encima de una gran flor en el vacío, y sostiene los símbolos de transformación – la espada que corta a través de la ilusión, la serpiente que se rejuvenece a si misma cambiando su piel, la rota cadena de las limitaciones, y el ying/yang símbolo de la trascendencia de la dualidad. Una de sus manos descansa en su regazo, abierta y receptiva. La otra alcanza a tocar la boca de un rostro dormido, simbolizando el silencio que ocurre cuando estamos descansando.

Este es un tiempo para un profundo dejarse ir. Permite cualquier pena, aflicción, o dificultad para estar allí, aceptando esta factibilidad. Es mucho más parecida la experiencia de Gautama Buda, cuando después de años de búsqueda, el finalmente se rindió, sabiendo que no hubo nada más que el pudiera hacer. Esa misma noche él se ilumino.

La transformación viene como la muerte, a su propio tiempo. Y, como la muerte, te toma a ti de una dimensión a otra.

14. Integración

El conflicto está en el hombre. A no ser que se resuelva ahí, no puede ser resuelto en ningún otro lado. La política está dentro ti; es entre las dos partes de la mente. Existe un puente muy pequeño. Si ese puente se quiebra por algún accidente, a través de algún defecto fisiológico o otra cosa, la persona se vuelve dividida, la persona se convierte en dos personas y el fenómeno de la esquizofrenia o personalidad escondida sucede.

Si el puente se rompe – y el puente es muy frágil – entonces te tornas en dos, te comportas como dos personas. En la mañana eres muy amoroso, muy hermoso; al atardecer estás muy enojado, absolutamente diferente. Tú no recuerdas tus mañanas… ¿Cómo puedes recordarlo? Otra mente estaba funcionando – y la persona se torna en dos personas. Si este puente es fortalecido a tal punto que las dos mentes desaparecen como dos y se torna uno, entonces la integración, la cristalización surge.

Lo que George Gurdjieff solía llamar la cristalización del ser no es más que estas dos mentes unificadas, el encuentro del masculino y femenino interno, el encuentro del yin y del yang, el encuentro del izquierdo con el derecho, el encuentro de la lógica y lo ilógico, el encuentro de Platón y Aristóteles.

Comentario:

La imagen de integración es la unión mística, la fusión de los opuestos. Este es un tiempo de comunicación entre las dualidades de la vida previamente experimentados. En vez de la noche oponerse al día, la oscuridad suprimir la luz, ambos trabajan juntos para crear el todo unificado, cambiándose el uno en el otro en un proceso sin fin, cada uno conteniendo en su núcleo la semilla del opuesto.

El águila y el cisne son ambos seres de vuelo y de majestad. El águila encarna el poder y la soledad. El cisne encarna el espacio y la pureza, suavemente flotando y buceando, sobre y dentro del elemento de las emociones, enteramente contento y completo dentro de su perfección y belleza.

Nosotros somos la unión del águila y el cisne: masculino y femenino, fuego y agua, vida y muerte. El naipe de integración es el símbolo de auto-creación, nueva vida, y la unión mística. También conocida como alquimia.

15. Condicionamiento

A menos que abandones tu personalidad, no serás capaz de encontrar tu individualidad. La individualidad la proporciona la existencia; la personalidad es impuesta por la sociedad. La personalidad es una conveniencia social.

La sociedad no puede tolerar la individualidad, porque la individualidad no es gregaria como una oveja. La individualidad tiene la cualidad del león; el león se mueve solo. La oveja está siempre con la multitud; esperando que al permanecer entre la multitud se sentirá a gusto: al estar en la multitud uno se siente protegido, seguro. Si alguien ataca, existe la posibilidad de que dentro de una multitud puedas salvarte. Pero estando solo… únicamente los leones se mueven en soledad.

Cada uno de nosotros nace como un león, pero la sociedad continúa condicionándote, programando tu mente como una oveja. Esto te da una personalidad, una personalidad agradable, muy simpática, conveniente, muy obediente. La sociedad quiere esclavos, no quiere gente que esté totalmente comprometida con la libertad. La sociedad quiere esclavos, porque todos los intereses creados requieren obediencia.

Comentario:

Esta carta nos recuerda una antigua anécdota Zen sobre un león que fue criado por una oveja y creyó que era una oveja hasta que lo capturó un viejo león y lo llevó a un pozo donde le enseñó su propia imagen reflejada. Muchos de nosotros somos como este león: la imagen que tenemos de nosotros mismos no viene de nuestra experiencia directa, sino de las opiniones de otros. Una «personalidad» impuesta desde afuera reemplaza la individualidad que pudo haber crecido interiormente. Nos convertimos simplemente en otra oveja en el rebaño, incapaces de movernos libremente e inconscientes de nuestra propia y verdadera identidad.

Es el momento de echar una mirada a tu propio reflejo en el pozo y dar un paso para salir de los condicionamientos que te han sido impuestos por otros como creencias respecto a ti mismo. Baila, corre, muévete, haz gibberish: haz lo que sea necesario para despertar el león en tu interior.

16. Relámpago

Lo que hace la meditación, despacio y poco a poco, un buen grito del maestro, inesperado, en la situación en que el discípulo estaba preguntando algún cuestionamiento, y el maestro da un salto y grita o lo golpea, o lo echa fuera por la puerta o le brinca encima…

Estos métodos no eran nunca conocidos. Fue sólo el mismísimo genio creativo de MaTzu, y él hizo a muchas personas iluminarse. A veces se ve gracioso: tiramos a un hombre por la ventana, de una casa de dos pisos, y el hombre ha venido a preguntar acerca de qué meditar. Y MaTzu no sólo lo aventó, sino que saltó detrás de él, le cayó encima, se sentó en su pecho y dijo: “¡¿Lo tienes?!”

Y el pobre tipo dijo: “Sí” – porque si dices “No”, ¡Él puede golpearte o hacer algo más! Ya es suficiente – su cuerpo está fracturado, y MaTzu, sentado en su pecho, dice: “¿Lo tienes?” Y de hecho lo tiene, porque fue tan repentino, de la nada – nunca lo hubiera podido concebir.                 

Comentario:

La carta muestra una torre siendo quemada, destruida, hecha pedazos. Un hombre y una mujer están saltando de ella no porque quieran, sino porque no tienen elección. En el fondo está una transparente y meditativa figura representando la conciencia siendo testigo.

Tú puedes estar sintiéndote bastante tambaleante ahora mismo, como si la tierra estuviera sacudiéndose a tus pies. Tu sentido de seguridad está siendo retado, y la tendencia natural es tratar de aferrarte a lo que puedas. Pero este terremoto interior es tanto necesario como tremendamente importante – si lo permites, tú emergerás de los escombros más fuerte y más disponible para nuevas experiencias.

Después del fuego, la tierra se reabastece; después de la tormenta el aire es claro. Trata de observar la destrucción con desapego, casi como si estuviera sucediéndole a alguien más. Di sí al proceso encontrándote con él a medio trayecto.

17. Silencio

La energía total ha tomado posesión de ti. Tú has sido poseído, tú ya no eres más, lo es la totalidad.

En este momento, así como el silencio entra en ti, tu puedes entender su significado, porque es el mismo silencio que Gautama Buda experimentó. Es el mismo silencio que experimentó Chuang Tzu, Bodhidharma o Nansen… El sabor del silencio es el mismo.

Los tiempos cambian, pero la experiencia del silencio, la alegría permanece igual. Esa es la única cosa con la que tú puedes contar, la única cosa que nunca muere. Es la única cosa que tú puedes llamar tu verdadero ser.

Comentario:

El silencio, una receptividad como un espejo, de una noche llena de estrellas con una luna llena se refleja bajo el místico lago. El rostro en el cielo está en profunda meditación, es la diosa de la noche que trae profundidad, paz y comprensión.

Ahora es un momento muy precioso. Será fácil para ti descansar dentro, ahondar las profundidades de tu propio silencio al punto del encuentro del silencio universal. No hay nada más que hacer, no hay lugar donde ir, y la cualidad de tu silencio interior permite cualquier cosa que tu hagas.

Algunas personas se sentirán inconfortables, acostumbradas como están, a todos los ruidos y actividades del planeta. No importa, busca a aquellos que tienen resonancia con tu silencio- o disfruta tu soledad. Ahora es el momento de entrar a tu casa interior. La comprensión y el vislumbre que te llegan en estos momentos se manifestarán más adelante, en una fase más receptiva de tu vida.

18. Vidas Pasadas

El niño puede llegar a ser consciente sólo si en su vida pasada él ha meditado lo suficiente, si ha creado suficiente energía para luchar con la oscuridad que trae la muerte. Uno simplemente se pierde en un olvido y de repente encuentra un nuevo útero y olvida completamente el cuerpo viejo. Hay una discontinuidad. Esta oscuridad, esta inconciencia crea la discontinuidad.

El Oriente ha estado trabajando duro para penetrar éstas barreras. Y diez mil años de trabajo no han sido en vano. Todos pueden penetrar en las vidas pasadas, o en muchas vidas pasadas. Pero para eso tienen que ir más profundo en su meditación, por dos razones: a no ser que vayas más profundo, no puedes encontrar la puerta a otra vida; en segundo lugar, tienes que estar en profunda meditación porque si encuentras la puerta a otra vida, una avalancha de eventos vendrá a tu mente. Y es ya lo suficientemente duro lidiar con una sola vida…

Comentario:

Las manos de la existencia forman los genitales femeninos, la apertura de la madre cósmica. Se revelan dentro muchas imágenes, rostros de otros tiempos.

Aunque puede ser entretenido fantasear sobre vidas pasadas famosas, es sólo una distracción. El punto real es ver y comprender los patrones kármicos de nuestras vidas, y sus raíces en el ciclo interminablemente repetitivo que nos atrapa en conducta inconsciente.

Las dos lagartijas de arcoíris a cada lado representan el saber y el no-saber. Son los guardianes del inconsciente, asegurándose que estemos preparados para la visión que puede resultar devastadora.

Un vislumbre dentro de la eternidad de nuestra existencia puede ser un regalo, y el comprender la función del karma en nuestras vidas es algo que no podemos captar con la voluntad. Este es un llamado a despertar; los eventos de tu vida están intentando mostrarte un patrón tan antiguo como el del viaje de tu propia alma.

19. Inocencia

El Zen dice que si tiras a un lado el conocimiento – y junto con el conocimiento todo está incluido; tu nombre, tu identidad, todo, porque esto te ha sido dado por otros – si tú tiras todo lo que te ha sido dado por otros, tendrás una cualidad de tu ser totalmente diferente: la inocencia. Esto será una crucifixión de la persona, la personalidad, y tendrá lugar una resurrección de tu inocencia. Te convertirás en un niño de nuevo, renacido.

Comentario:

El hombre viejo en esta carta irradia un deleite inocente al mundo. Hay un sentido de gracia rodeándolo, como si estuviera en casa consigo mismo y con lo que la vida ha traído. Parece tener una comunicación juguetona con la esquila en su dedo, como si ambos fueran los mejores amigos. Las flores rosas cayendo a su alrededor representan un tiempo de dejar ir, relajación y dulzura. Son una respuesta a su presencia, un reflejo de sus propias cualidades.

La inocencia que viene con una profunda experiencia de vida es cándida, pero no infantil. La inocencia de los niños es hermosa, pero ignorante. Será reemplazada por desconfianza y duda cuando el niño crece y aprende que el mundo puede ser un peligroso y amenazador lugar. Pero la inocencia de una vida vivida de manera completa tiene una cualidad de sabiduría y de aceptación de la siempre-cambiante sorpresa de la existencia.

20. Más Allá De La Ilusión

Ésta es la única distinción entre el sueño y la realidad: la realidad te permite dudar, y el sueño no te permite dudar… La capacidad para dudar es una de las más grandes bendiciones de la humanidad. Las religiones se han enemistado porque han estado cortando las raíces mismas de la duda, y hay una razón porqué lo han estado haciendo: porque quieren que la gente crea en ciertas ilusiones que ellos han estado predicando…

¿Porqué, gente como Gautama el Buda ha insistido tanto en que toda la existencia -excepto tu ser observador, excepto tu conciencia- simplemente es efímera, hecha del mismo material del que están hechos los sueños? Ellos no están diciendo que estos árboles no están aquí. Ellos no están diciendo que estos pilares no están allí. No lo mal interpretes debido al uso de la palabra «ilusión»… Ha sido traducido como ilusión, pero ilusión no es la palabra correcta, la ilusión no existe. Existe la realidad. Maya está precisamente en el medio: casi existe. En lo que respecta a las actividades cotidianas, se puede tomar como una realidad. Sólo en el sentimiento último, en la cumbre de tu iluminación se vuelve irreal, ilusoria.

Comentario:

La mariposa de esta carta representa lo externo, aquello que se está moviendo constantemente, aquello que no es real sino una ilusión. Detrás de la mariposa está el rostro de la conciencia mirando hacia adentro, hacia aquello que es eterno. El espacio entre los dos ojos se ha abierto, revelando el loto del desarrollo espiritual y la salida del sol naciente de la conciencia. A través de la salida del sol interior, nace la meditación.

La carta nos recuerda que no miremos hacia afuera en busca de lo real, sino que miremos hacia adentro. Cuando nos enfocamos en lo externo, a menudo nos quedamos atrapados en los juicios pueden mantenernos atrapados en las ilusiones, en nuestro adormecimiento, en nuestros viejos hábitos y normas. Abandona la mente que opina y ve hacia adentro. Allí tú puedes relajarte en tu verdad propia más profunda, donde la diferencia entre sueños y realidad ya se conoce.

Oráculo Osho Zen carta 21. Terminación.

Este es el camino del Zen: no decir las cosas hasta su plenitud. Es algo que se ha de entender; es una metodología muy importante. El no decirlo todo significa darle una oportunidad al que escucha para terminarlo.

Todas las respuestas son incompletas. El maestro únicamente te ha indicado una dirección… Cuando llegues al límite sabrás qué es lo que va a permanecer. De esta forma, si alguien intenta comprender el Zen intelectualmente, fracasará. Esta no es una respuesta a la pregunta, sino algo más que la respuesta. Indica la verdadera realidad…

La naturaleza del Buda no es algo que esté muy lejos: la naturaleza del Buda es tu propia conciencia y tu conciencia puede observar estas cosas, las cuales constituyen el mundo. El mundo terminará, pero el espejo seguirá reflejando la nada.

Comentario:

Aquí, la última pieza de un rompecabezas se está poniendo en su lugar, la posición del tercer ojo, el lugar de la percepción interior.

En el siempre cambiante flujo de la vida, hay momentos en los cuales llegamos a un punto de plenitud. En estos momentos somos capaces de percibir toda la figura, la composición de todas las pequeñas piezas que han ocupado la totalidad de nuestra atención durante tanto tiempo. Al finalizar, o bien podemos sentirnos desesperados porque no queremos que la situación se termine, o podemos estar agradecidos y aceptar el hecho de que la vida está llena de finales y nuevos comienzos.

Cualquier cosa que ha estado absorbiendo tu tiempo y energía está llegando ahora a un final. Al completarlo estarás despejando el espacio para que comience algo nuevo. Usa este intervalo para celebrar las dos cosas: el final de lo viejo y la llegada de lo nuevo.

Oráculo Osho Zen carta 22. El Maestro.

Aquí quisiera decir algo, lo cual he mantenido secreto toda mi vida. Yo siempre he querido no ser un Maestro para nadie… Ser un maestro es un trabajo muy extraño. Debes convencer a gente del corazón por medio de argumentos y la razón, por medio de la racionalidad y de la filosofía; tienes que usar la mente como un sirviente del corazón. El trabajo del maestro es quitarte la mente, para que toda tu energía se mueva hacia tu corazón. ¿Entiendes el sentido? La palabra “maestro” crea la idea de un discípulo, de un seguidor. ¿Cómo puede haber un maestro sin un discípulo, sin un seguidor? Pero en el sentido espiritual la palabra “maestro” significa maestría de uno mismo. No tiene relación con seguidores; no depende de la multitud. Un maestro puede estar sencillamente solo. El hombre nuevo del cual he estado hablando, será maestro de sí mismo.

Comentario:

El maestro, en el Zen, no es un maestro de otros, sino un maestro de sí mismo. Cada uno de sus gestos y cada una de sus palabras reflejan su estado de iluminación. No tiene metas privadas ni deseo de que las cosas tengan que ser diferentes de lo que son. Sus discípulos se reúnen a su alrededor, no para seguirle, sino para absorber su presencia y sentirse inspirados con su ejemplo. Ante sus ojos encuentran su propia verdad reflejada y ante su silencio pueden entrar más fácilmente en el silencio de sus propios seres. El Maestro da la bienvenida a los discípulos, no porque quiera dirigirlos, sino porque tiene mucho que compartir. Juntos crean un campo de energía que apoya a cada único individuo, en la búsqueda de su propia luz.

Si puedes encontrar un maestro así, eres bienaventurado. Si no puedes, continúa buscando. Aprende de los profesores y de los llamados maestros muévete. «Charaiveti, charaiveti», dice Gautama el Buda: continúa moviéndote.