La esperanza

La esperanza

La esperanza. Este artículo en audio.

La esperanza es una emoción y una actitud positiva que nos impulsa a creer en la posibilidad de que algo bueno suceda en el futuro. Es un sentimiento de confianza y optimismo que nos ayuda a mantenernos motivados y perseverantes a pesar de los desafíos y las dificultades.

La esperanza nos permite imaginar un resultado favorable, incluso en situaciones difíciles o inciertas. Nos da la fuerza para superar obstáculos, enfrentar adversidades y mantenernos enfocados en nuestros objetivos. La esperanza puede brindarnos consuelo en momentos de tristeza, desesperación o pérdida, y nos ayuda a mantener una actitud positiva y constructiva hacia la vida.

Algunos aspectos importantes de la esperanza incluyen:

  1. Visión positiva: La esperanza implica tener una visión positiva del futuro y confiar en que las cosas mejorarán. Nos ayuda a enfocarnos en las posibilidades y soluciones en lugar de quedarnos atrapados en la negatividad o el pesimismo.
  2. Resiliencia: La esperanza nos ayuda a desarrollar resiliencia emocional, lo que significa que podemos adaptarnos y recuperarnos de los desafíos y las dificultades. Nos permite encontrar fuerza interna y recursos para enfrentar las adversidades y seguir adelante.
  3. Motivación y acción: La esperanza nos impulsa a tomar acción y trabajar hacia nuestros objetivos. Nos brinda la energía y la motivación necesarias para perseverar a pesar de los obstáculos, aprender de los fracasos y seguir adelante.
  4. Conexión con los demás: La esperanza nos conecta con los demás, ya que nos permite compartir nuestras aspiraciones, buscar apoyo y encontrar inspiración en las historias de éxito y superación de los demás. También nos anima a brindar apoyo y aliento a quienes nos rodean.

Es importante destacar que la esperanza no es solo una actitud pasiva de esperar que las cosas mejoren por sí solas. Requiere acción y esfuerzo de nuestra parte para convertir esa esperanza en realidad. La esperanza nos motiva a tomar medidas concretas y a buscar recursos y apoyo para alcanzar nuestros sueños y metas.

En resumen, la esperanza es una emoción y una actitud positiva que nos impulsa a creer en la posibilidad de un futuro mejor. Nos brinda motivación, resiliencia y una visión optimista de la vida. Cultivar la esperanza nos ayuda a enfrentar los desafíos, perseguir nuestros objetivos y encontrar significado y alegría en nuestras vidas.

La esperanza

La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las soluciones, que nos brinda la vida cotidiana.

Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.

Cuando el amor profundo de tú vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas…. el mensaje no es que no te lo mereces…. el mensaje no es que no eres importante…. el mensaje es que tú mereces algo mejor. Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas o esperas, no lo veas como rechazo o mala suerte…. simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas obtener de la vida.

La vida está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras distintas o diferentes. Algunos, buscamos amor, paz, armonía, comprensión, ternura. Otros sobrevivimos día a día, semana a semana, mes a mes, y de año a año. Pero no hay momentos más plenos que aquel en el cual descubrimos con alegría, que la vida, con sus constantes alegrías, y sus penas, debe ser vivida a plenitud día a día.

Aunque vivamos en una mansión de cuarenta cuartos, rodeados de riquezas y siervos los cuales nos sirven a plenitud o en una choza humilde, o luchemos de mes en mes para pagar el alquiler, tenemos el poder absoluto de estar totalmente satisfechos, y vivir una vida con verdadero significado.

Día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, tenemos ese poder absoluto, gozando cada momento que nos ofrece la vida, y regocijándonos de cada sueño. Porque, cada día es nuevo y flamante, y podemos empezar de nuevo y realizar todos nuestros más anhelados sueños, en un mundo futurista.

¡Cada día es nuevo, ¡y si lo vivimos plenamente, podremos realmente gozar de la vida y vivirla a plenitud, y realizar nuestros más anhelados sueños futuros!

El ignorante afirma, el sabio reflexiona y se cuestiona.

Gran parte de la vida es hacer de la vida una obra de arte.

Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida.

Aunque no seas Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una obra maestra.

Aunque no entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede transformarse en un film primoroso con Dios de codirector.

Aunque cantes desafinados, tu existencia puede ser una linda canción, que Roberto Carlos envidiaría.

Aunque no en tiendas de música, tu vida puede ser una magnífica sinfonía que daría envidia a Beethoven.

Aunque no hayas estudiado en una escuela de comunicaciones,

tu vida puede transformarse en un reportaje modelo.

Aunque no tengas gran cultura, puedes cultivar la sabiduría de la caridad.

Aunque tu trabajo sea humilde, puedes convertir tu día en oración.

Aunque tengas cuarenta, sesenta o setenta años, puedes ser joven de espíritu.

Aunque las arrugas ya marquen tu rostro, vale más tu belleza interior.

Aunque tus pies sangren en los tropiezos y piedras del camino, tu rostro puede sonreír.

Aunque tus manos conserven las cicatrices de los problemas y de las incomprensiones, tus labios pueden agradecer.

Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro, tienes un corazón para amar.

Aunque no seas un santo, ni un ángel, en el cielo tienes reservado un lugar.

Todo, todo… depende de ti… ¿entendiste? todo depende de ti…

Encontrando nuestro centro de serenidad y conexión divina

La vida diaria suele presentarnos desafíos y rutinas que nos alejan de la paz y el equilibrio emocional necesarios para sostener nuestras creaciones en amor. Para co-crear nuestra vida en armonía, es necesario sostener nuestras emociones en un estado de profunda conexión con la vida y la fuente infinita de amor. Es necesario para que nuestra vida presente armonía y permanezca alineada a la voluntad divina de Amor que nuestras emociones estén siendo sostenidas en la alegría, la paz y la gratitud.

¡Pero, qué difícil es sostener estos estados emocionales en nuestra vida diaria!

A diario, se nos presentan sucesos que nos conducen a la alteración, el nerviosismo y la pérdida de la paz. Permitimos que nuestras emociones fluctúen como un péndulo de un lado a otro, sin darnos cuenta, de pronto ya estamos vibrando en temor y desequilibrio. Es un proceso un tanto natural de la mente, pues la tenemos habituada a esas fluctuaciones y nuestro cuerpo ya conoce muy bien los procesos químicos resultantes de cada uno de esos estados emocionales, de manera, que sabe reproducir muy bien los sentimientos y sus síntomas físicos que los acompañan.  Seamos sinceros, nuestro cuerpo está más habituado al estrés emocional que a la paz y la serenidad, de manera que para que podamos sostener estados elevados de conciencia, será necesario acostumbrar a nuestro cuerpo a los procesos químicos y las reacciones corporales que acompañan a los estados emocionales de PAZ, AMOR, ARMONIA y FELICIDAD.

Nos ha tomado toda una vida el aprender y acostumbrar a nuestro cuerpo a permanecer en estados emocionales negativos, sin embargo, el Reconectar con la divinidad y la armonía solo nos tomara unos minutos si trabajamos con la intención pura, pues toda vibración superior que permanezca en alineación con la voluntad divina siempre equilibrara y alineara a las frecuencias inferiores. Lo importante es no perder la constancia y practicar el sostener estados elevados de AMOR y LUZ el mayor tiempo posible, de manera que nuestro cuerpo comience a habituarse a los procesos químicos y corporales que acompañan a las emociones y estados de conciencia elevados y de esa forma, poco a poco asociara todos sus procesos de vida a los estados emocionales y de conciencia más elevados, transformando nuestra forma de percibir la vida y la realidad, permitiéndonos reaccionar ante cualquier circunstancia en paz y serenidad, permaneciendo anclados en nuestro centro divino.

Recuerden mis queridos hermanos, el despertar de conciencia y la ascensión no implica dejar nuestro cuerpo de lado, por el contrario, necesitamos incluirle y sanar todos sus procesos emocionales, de manera que vivamos una plena conexión cósmica conscientemente en todos los niveles de nuestro Ser.

La ascensión no es huir de esta realidad y de este cuerpo, si no transformarla, conectando con la LUZ y el AMOR cósmicos a través de nuestra totalidad. Todo cuanto somos es Divinidad. Nuestra divinidad no existe únicamente en nuestro cuerpo de luz y en nuestra presencia YO SOY; existe en TODO LO QUE SOMOS y nuestro cuerpo es parte fundamental de esa totalidad.

¿Se han preguntado porque es tan complicado permanecer en conexión constante con las dimensiones de AMOR y LUZ?  se nos ha dicho que somos multidimensionales, somos seres Crísticos, pero, al momento de realmente vivir lo creemos y aplicarlo en nuestro diario vivir, se nos dificulta permanecer en esa conexión constante y asumir la vida como un proceso creativo y divino. ¡La respuesta es más o menos sencilla mis hermanos, nos hemos estado olvidando de nuestro cuerpo!

Al meditar, canalizar, leer información de LUZ o simplemente conversar con almas afines, sostenemos frecuencias elevadas, conectamos con el AMOR y LUZ del universo, nos alineamos a nuestra verdad espiritual. Pero, al terminar la meditación y volver al mundo y la vida diaria, de inmediato volvemos a cargar todo el bagaje emocional de la tercera dimensión: estrés, dolor, enfermedad, resentimiento, temor, pues damos por sentado que eso le corresponde al cuerpo físico.  Tenemos profundamente arraigado en nuestra mente la idea de que esas emociones corresponden a esta dimensión y, por ende, a nuestro cuerpo y conciencia tridimensional no le será posible sostener por mucho tiempo el AMOR, PAZ, ALEGRIA, GRATITUD, ARMONIA y SERENIDAD, por el simple principio de asociación: nuestra mente no acepta esas emociones elevadas como parte integra de nuestra vida diaria.

Aceptar que somos Divinos implica aceptar que nuestro cuerpo físico y sus emociones también lo son y por eso es tan importante dirigir esas emociones constantemente hacia estados alineados con el corazón y las frecuencias elevadas de AMOR y LUZ.

Desechemos las viejas creencias de que solo algunos elegidos tienen la facultad para conectar con el AMOR y LUZ cósmicos.

Dejemos de lado la creencia de que necesitamos meditar todo el día para permanecer en conexión divina.

Dejemos de lado la creencia de que nuestro cuerpo no es digno del AMOR y que para conectar con la divinidad tendremos que dejar por completo nuestra humanidad.

¡Dejemos de lado las viejas creencias de culpa, resentimiento y dolor, queridos hermanos, eso no nos sirve más!  aquí y ahora somos divinos, somos dios!

Esas viejas creencias provienen de las viejas religiones, se nos hizo creer en el pecado, en la impureza, en el dolor y en la separación.

¡Ustedes saben, lo sienten, lo intuyen porque lo tienen en su memoria celular, ESAS CREENCIAS SON FALSAS!  Somos Divinos estando en nuestros cuerpos físicos y podemos transformar y renovar nuestra conciencia de manera que esa Divinidad toque toda nuestra vida transformándola y alineándola a la LUZ y a la felicidad.

¡Vamos! Demos el paso hacia adelante en la evolución de la conciencia y comencemos a integrar en nuestra vida los estados profundos de Conexión con el AMOR y LUZ cósmicos. ¡No necesitan irse lejos, aquí y ahora, comencemos en este instante! No necesitan intermediarios, pues la época de los sacerdotes ha terminado, Dios está en cada uno de Nosotros, el templo divino es nuestro cuerpo.

Vamos a practicar un pequeño y sencillo ejercicio que nos permitirá centrarnos en el aquí y ahora, serenando nuestras emociones e integrando el profundo estado de Conexión con el AMOR y LUZ cósmicos, de manera que nuestra biología comience a crear el proceso químico que transformará nuestras células y nuestras emociones, integrando y sosteniendo los estados elevados de conciencia durante todo el día.

Ejercicio para encontrar el punto de serenidad y conexión divina.

Sentados o recostados en posición de Meditación, tomamos un respiro profundo, alargando la exhalación.

Dirigimos nuestra atención hacia nuestro corazón, comenzamos a escuchar y sentir su latido.

Ahora, imaginen, sientan como cada latido es vida, es divinidad y sostiene la energía de la vida en nuestro cuerpo. Nuestro corazón biológicamente y espiritualmente es el centro de nuestra vida y el punto de conexión con el infinito y con todo lo que somos.

¡Respiren profundamente y visualizamos que en el centro de nuestro pecho tenemos una esfera dorada, muy luminosa!

Vamos a visualizar que dirigimos nuestras emociones hacia ese punto. Visualicen sus emociones como rayitos de energía que se mueven por todo su cuerpo dirigiéndose hacia el centro de su pecho y a medida que visualizan decreten:

ordeno y alineo mis emociones hacia mi centro de amor. ordeno mis emociones hacia mi centro de serenidad. ordeno mis emociones y las alineo a la paz y la armonía.

Sentirán como realmente se serenan y comienzan a sentirse muy bien. Lo que sucederá es que, por decreto divino emitido en intención pura, su cuerpo les obedecerá equilibrando sus emociones y al entrar en un estado de profunda paz y conexión, automáticamente su conciencia es expandida en Gracia divina.

Al ser un ejercicio muy sencillo, lo pueden realizar en todo momento en que sientan que sus emociones pierden el equilibrio. Es fácil y sencillo encontrar nuestro centro de conexión con la Divinidad, ejerzan mis hermanos SU PODER DIVINO y permitan que su cuerpo sostenga la conciencia elevada en Amor.

¡Somos bendecidos en amor y alegría siempre!

FIN

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