Limpieza del cuerpo emocional

Limpieza del cuerpo emocional

Limpieza de tu Cuerpo Emocional. Este artículo en audio.

La limpieza del cuerpo emocional se refiere al proceso de liberar y sanar las emociones negativas, traumas y bloqueos emocionales que pueden estar afectando nuestra salud y bienestar emocional. Aquí hay algunos enfoques y técnicas que puedes utilizar para limpiar tu cuerpo emocional:

  1. Autoconciencia: Toma conciencia de tus emociones y reconoce cómo te sientes en diferentes situaciones. Presta atención a las emociones que surgen y cómo te afectan.
  2. Expresión emocional: Encuentra formas saludables de expresar tus emociones. Esto puede incluir hablar con un amigo de confianza, escribir en un diario, practicar actividades artísticas o participar en terapia de expresión emocional.
  3. Meditación y mindfulness: Practica técnicas de meditación y mindfulness para cultivar la atención plena hacia tus emociones y aprender a observarlas sin juicio. Esto puede ayudarte a reconocer y liberar las emociones atrapadas.
  4. Terapia emocional: Considera buscar el apoyo de un terapeuta o consejero emocional que pueda ayudarte a explorar y procesar tus emociones de manera segura y efectiva.
  5. Técnicas de liberación emocional: Explora técnicas como EFT (Técnicas de Liberación Emocional), terapia de reestructuración cognitiva, terapia de exposición o terapia de movimiento ocular para liberar y transformar emociones negativas.
  6. Prácticas de autocuidado: Dedica tiempo a cuidar de ti mismo y de tus necesidades emocionales. Esto puede incluir actividades como ejercicio regular, descanso adecuado, alimentación saludable, conexión social y tiempo para hacer actividades que disfrutes.

Recuerda que cada persona es única y puede requerir diferentes enfoques y técnicas para la limpieza y sanación del cuerpo emocional. Es importante escuchar a tu intuición y buscar el apoyo adecuado cuando sea necesario.

El Cuerpo Emocional

¿Qué nos Aporta la Terapia Emocional? ¿Qué podemos mejorar y solucionar?


La terapia emocional se basa en la premisa de que muchos de los errores que cometemos se originan debido a la falta de información clave.  Si contáramos con cierta información, que al presente desconocemos, probablemente tomaríamos decisiones muy diferentes, reaccionaríamos de un modo diferente ante las distintas situaciones de la vida y nos sentiríamos de un modo diferente con respecto a nosotros mismos y a los demás.
 
Del mismo modo, al resolver nuestros bloqueos, el tipo de experiencias y de personas que atraemos a nuestra vida cambian conforme limpiamos nuestro cuerpo emocional y, por lo tanto, aumentamos nuestra vibración al mejorar su comunicación con el cuerpo espiritual.
 
“El que no sabe es como el que no ve”, dice el refrán.  Así, pues, muchas veces no sabemos cómo nos sentimos o por qué nos sentimos de la manera en que nos sentimos, debido a que no logramos ver o comprender con claridad qué es lo que nos sucede realmente.
 
Libérate de lo viejo y permítete la oportunidad de probar algo nuevo. Libérate de lo que impide que te fluyan las relaciones personales, sentimentales, amistosas y familiares.
 

¿QUÉ ES LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La Inteligencia Emocional, un término acuñado por dos psicólogos de la Universidad de Yale (Peter Salovey y John Mayer) y difundida mundialmente por el psicólogo, filósofo y periodista Daniel Goleman, es la capacidad de
1) Sentir
2) Entender
3) Controlar y
4) Modificar
estados anímicos
a) Propios y
b) Ajenos.


¿CUÁLES SON LAS HABILIDADES PRÁCTICAS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Las habilidades prácticas que se desprenden de la Inteligencia Emocional son cinco, y pueden ser clasificadas en dos áreas:
1) INTELIGENCIA INTRAPERSONAL (internas, de autoconocimiento
2) INTELIGENCIA INTERPERSONAL (externas, de relación
Al primer grupo pertenecen tres habilidades
a) La autoconciencia (capacidad de saber qué está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo
b) El control emocional (regular la manifestación de una emoción y/o modificar un estado anímico y su exteriorización).
c) La capacidad de motivarse y motivar a los demás
Al segundo grupo pertenecen dos habilidades
a) La empatía (entender qué están sintiendo otras personas, ver cuestiones y situaciones desde su perspectiva), y
b) Las habilidades sociales (habilidades que rodean la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal, y que pueden ser usadas para persuadir y dirigir, negociar y resolver disputas, para la cooperación y el trabajo en equipo).
Como se puede advertir por la amplitud de estas habilidades, la Inteligencia Emocional es útil en tiempos de bonanza, e imprescindible en tiempos difíciles.

¿ES BUENO CONTROLAR LAS EMOCIONES?
Si por controlar se entiende la capacidad de adecuar la expresión emocional al contexto (situación y persona/s implicadas), la respuesta es afirmativa. Si por controlar se entiende reprimir continuamente el sentimiento y/o manifestación de una o varias emociones que ‘no nos gustan’, esto puede conducir a desarreglos de la personalidad que no pueden ser considerados positivos.

 ¿EN QUÉ ESFERAS DE MI VIDA ES APLICABLE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
La Inteligencia Emocional tiene cinco habilidades prácticas. Estas cinco habilidades prácticas son útiles para cuatro áreas fundamentales de nuestra vida
1) Propenden a nuestro bienestar psicológico, base para el desarrollo armónico y equilibrado de nuestra personalidad.
2) Contribuyen a nuestra buena salud física, moderando o eliminando patrones y/o hábitos psicosomáticos dañinos o destructivos, y previniendo enfermedades producidas por desequilibrios emocionales permanentes (angustia, miedo, ansiedad, ira, irritabilidad, etc.
3) Favorecen nuestro entusiasmo y motivación. Motivación y emoción tienen la misma raíz latina (motere), que significa moverse (acercarse hacia lo agradable o alejarse de lo desagradable). Gran parte de nuestra motivación en distintas áreas de la vida está basada en estímulos emocionales.
4) Permiten un mejor desarrollo de nuestras relaciones con las personas, en el área familiar-afectiva, social y laboral-profesional. En este último plano, la Inteligencia Emocional significa llevar a un nivel óptimo la relación entre las personas: determina qué tipo de relación mantendremos con nuestros subordinados (liderazgo), con nuestros superiores (adaptabilidad) o con nuestros pares (trabajo en equipo). Las emociones determinan cómo respondemos, nos comunicamos, nos comportamos y funcionamos en el trabajo y/o la empresa.

¿CÓMO USAR LA IE  PARA LOGRAR UN EQUILIBRIO ENTRE MI TRABAJO, MI FAMILIA Y MIS ESTUDIOS?
El célebre filósofo Bertrand Russell escribió: “Vivir como uno desee: sólo eso merece llamarse éxito”.
La inmensa mayoría de las personas concebimos el éxito como un equilibrio, en nuestra realización personal, respecto a las distintas áreas de la vida: la de la salud, la profesional, la afectiva, la familiar y la social.
 Sin embargo, hace unos años, se impuso cierto culto al éxito que no medía los costos, irónicamente, en términos del valor más importante: nuestra propia vida.
Pero, ¿es este tipo de éxito – que daña la salud, las relaciones y la paz de la mente – el que vale la pena lograr? ¿Puede alguien que termina sufriendo de úlcera o del corazón, o que se haya divorciado por culpa de las presiones laborales, o que no tenga compañeros que se hayan convertido en amigos porque sólo se persiguió las mejores notas, considerarse plenamente exitoso?
Hoy existe una creciente tendencia a definir el éxito en términos de una vida balanceada, en la cual los objetivos materiales comparten espacio con los ‘valores intangibles’: relaciones y roles familiares enriquecedores y de apoyo mutuo, un cuerpo saludable que pueda controlar el stress, gran participación en la vida comunitaria, y oportunidades para satisfacer deseos altruistas y creativos. Una vida balanceada no puede alcanzarse sin Inteligencia Emocional, un componente que nos permite poner en marcha y sostener lo que se ha dado en llamar ‘el sistema del éxito total’.

¿Cómo dejar de ser tímidos?
 
Temor a quienes no conoce o a hacer el ridículo, no animarse a hablar, son algunos de los síntomas. Poder comunicar sus ideas y sentimientos le brindará mayores oportunidades de éxito.
Enrojecimiento del rostro, temblores, dolor de estómago, nerviosismo, no saber qué decir, ser incapaz de enunciar una frase completa, la voz entrecortada… En una persona dominada por la timidez, estos síntomas aparecen constantemente.
Al que es tímido le cuesta defender sus intereses, hablar en público, conversar con un desconocido, el diálogo con la autoridad en el trabajo o asistir a una reunión a la que, de antemano, sabe que no conocerá a nadie. Todos ejemplos de que su timidez puede hacerle perder oportunidades que sólo brindan el diálogo, la franqueza y la comunicación.
La timidez impide dar a conocer nuestras ideas o mostrar las capacidades que tenemos. Cualquier persona puede experimentarla. En esta nota le enseñamos a cambiar de conducta, ejercitando día a día su valor.
 
¿Es usted tímido?
Quien es apocado suele estar enfrascado en sus tareas, apenas contribuye en las conversaciones y, si lo hace, habla en voz baja, temeroso de que lo escuchen. Rehúye toda competencia o confrontación. Suele apartarse del grupo, aunque en el fondo desee compartir con los demás sus experiencias.  Pocas veces reclama sus derechos o expresa sus gustos u opiniones. No cree en sus éxitos ni, aunque los tenga. Evita mirar a los demás a los ojos y ríe discretamente. Suele ser complaciente con los otros, reservado, atento y compañero leal.
En contrapartida, se gana fama de ser antisocial, soberbio, serio y poco amigable. Las consecuencias son siempre nocivas y el único que se perjudica es el tímido. Muchos individuos con menos talento y menos capaces ocupan un lugar destacado al que el tímido no accede por no poder mostrarse. Sus aportaciones al trabajo en equipo no son valoradas, carece de amigos, pierde oportunidades y si alguien les gusta, harán todo al revés hasta lograr espantarlo.  El estrés y quedar relegado a no tener más remedio que acatar las decisiones de otras personas a las que considera mucho menos preparadas, es el precio que paga.
Apueste a perder su timidez.   Anticípese a los hechos
La timidez es un comportamiento adquirido y es posible modificarlo.
Responde al miedo a algunas situaciones en las que no se sabe que hacer o que decir. Entonces, ¿Por qué no planearlo de antemano? Cuando una persona tímida se prepara para afrontar una situación en la que podría sentirse incómoda, previamente tendrá que imaginar actitudes, preguntas, actividades que puedan contribuir a relajarla, sabiendo qué hacer.
Si asiste a una fiesta, por ejemplo, esmérese ayudando a atender a los invitados. Si acude a una entrevista de trabajo, puede ensayar el diálogo y preparar algunas preguntas y respuestas. Si habla con desconocidos, piense temas de conversación o propóngales alguna actividad.
  Disponer de una agenda personal
Cada día puede plantearse un objetivo a superar. Los desafíos nos ofrecen la posibilidad de ir más allá de los propios límites, habituales en la conducta cotidiana. Concentrar la atención en alguno de estos límites ligados a la timidez puede, a corto plazo, hacer caer muchos de ellos.
Una práctica que lo ayudará a tener mayor dominio de sí, por ejemplo, saludar, la de darse permiso para hacer una acción de forma impulsiva, animarse a expresar su opinión aunque no coincida con la de los demás y hablar de sus sentimientos.
  Participar en conversaciones
Los tímidos suelen pensar que son aburridos por «la simpleza y el poco interés de sus temas»; por supuesto, una visión antojadiza y caprichosa, que no se asienta en ningún hecho real sino que nace de la mirada absolutamente distorsionada que tiene un tímido de sí mismo. Pero como cualquier persona tiene anécdotas para contar, experiencias o sensaciones que comunicar.
Poner en práctica un diálogo con el entorno puede resultar un buen ejercicio para abrir sus canales de comunicación. Se comienza practicando con desconocidos: en los negocios donde se realizan las compras o con un compañero de viaje. Es preciso que la conversación no decaiga, por lo que cualquier tópico o pequeña apreciación puede generar un intercambio de ideas y experiencias sorprendentes. Nada mejor para un tímido que reconocerse en los demás, descubrir que el resto de los mortales son  como él.
  El diálogo interno positivo
Las personas tímidas se maltratan constantemente a causa de su autoconciencia negativa: «no lo he hecho bien», «acabo de decir una tontería», «nadie se ha interesado en lo que dije», este discurso interior negativo debe ser revertido y sustituido por uno positivo. El punto de partida es respetar las propias ideas, tratarse bien, comenzar a reconocer las cualidades positivas personales y relativizar todo lo que se hace, se dice o se piensa en igual medida que relativizar lo que hacen, dicen y piensan los otros.
  Cambio de imagen
Es esencial que el tímido comience a verse en forma distinta y, además, deje de identificarse con la timidez. Si no comienza el mismo por cambiar la opinión que tiene de sí, ¿de qué servirá que los demás no lo considerasen un tímido? Construir la propia imagen es hacer realidad aquello que se desea ser. Con un poco de imaginación se da un primer paso: pensar que uno es bueno presentándose y presentando a otras personas, hablando con la gente, aceptando cumplidos, actuando con espontaneidad.
  Usar el lenguaje gestual
Aunque no se explique con palabras, es fácil percibir si una persona desea compañía o no. Ciertos gestos comunican desinterés. Mostrarse muy ocupado no atraerá la compañía de nadie. En cambio, mirar a los ojos, hablar con tono firme, dirigir sus comentarios a una persona concreta, tocar a los compañeros, inclinarse a escuchar, prestar atención a quienes hablan, reaccionar con expresiones del rostro y con gestos; es decir, todo un lenguaje del que puede valerse el tímido para comenzar a conectarse con el mundo de un modo nuevo.
  Saludar siempre
Los tímidos creen que apenas son advertidos y cuando temen estar llamando la atención más de la cuenta se incomodan y angustian. Por eso, si se quieren marchar de una reunión, son capaces de retirarse sin saludar a nadie. Esta actitud es un gravísimo error. Es preferible despedirse, aunque sólo sea de los más allegados y del anfitrión, comunicando el motivo por el que se retira. Esta actitud, mostrará consideración hacia los demás y hacia usted.
  No compararse con los demás
La mayoría de los individuos se ocupan en resolver sus propios problemas sin importarles demasiado los que tienen los demás. Tampoco tienen tiempo para dedicarse a juzgar, investigar u observar al tímido. Controlar constantemente lo que se dice y hace sólo puede producir angustia, por lo que no deben efectuarse comparaciones de carácter o capacidad.
Escribir. Si es preciso, use para comunicarse la forma escrita, por este medio podrá expresar sentimientos, ideas, argumentos que la comunicación oral inhibe.
Pedir ayuda. Solicite y ofrézcase a hacer favores. Es otra forma de intercambiar impresiones e información útil.

Los sentimientos

Lo primero que necesitas hacer es ponerte en contacto con los sentimientos negativos de los que no eres consciente. Muchas personas tienen sentimientos negativos de los que no son conscientes. Muchas personas están depresivas y no se dan cuenta de que están depresivas. Comprenden cuan depresivas están solo cuando toman contacto con la alegría.

No puedes habértelas con un cáncer que no te ha sido detectado. Lo primero que necesitas es hacerte consciente de tus sentimientos negativos. ¿Qué sentimientos negativos? De la tristeza, por ejemplo. ¿Te sientes triste o estas de mal humor? ¿Te odias o te sientes culpable? ¿Sientes que la vida no tiene sentido?, tienes sentimientos que te hieren? te sientes nervioso y tenso? En primer lugar, toma contacto con esos sentimientos.

El segundo paso (este programa tiene cuatro pasos) es comprender que el sentimiento está en ti y no en la realidad. Esto es algo evidente, ¿pero crees que la gente lo sabe? No lo sabe, créeme. Son profesores en las universidades, pero no comprendieron esto. En la universidad no me enseñaron como vivir. Me enseñaron todo lo demás. Tal como dijo alguien » Conseguí tener una buena educación. Me tomo años desprenderme de ella » Precisamente trata de eso la espiritualidad: de desaprender. Desaprender toda la basura que nos enseñaron.

Los sentimientos negativos están en ti, no en la realidad. Así que deja ya de intentar cambiar la realidad. ¡Es de locos! Deja ya de intentar cambiar a las otras personas. Pasamos mucho tiempo intentando cambiar las circunstancias externas, intentando cambiar a nuestro cónyuge, nuestro jefe, nuestros amigos, nuestros enemigos, a todos. No tenemos que cambiar nada. Los sentimientos negativos están en ti.

Nadie sobre la Tierra tiene el poder de hacerte infeliz. No hay ninguna circunstancia, ningún acontecimiento sobre la tierra que tenga el poder de molestarte o herirte. Ninguna circunstancia, condición, situación o persona. Nadie te dijo esto; te dijeron lo opuesto. Por eso estas confundido ahora, por eso estas dormido. Nunca te dijeron esto, pero es evidente que así es.

Supongamos que estas de picnic y se pone a llover. ¿Quién tiene el sentimiento negativo? ¿La lluvia o TU? ¿Que es lo que está causando ese sentimiento negativo?  la lluvia o tu reacción? Cuando te das un golpe en la rodilla con la mesa, la mesa está bien. Está ocupada siendo precisamente para lo que fue hecha: ser una mesa. El dolor está en tu rodilla, no en la mesa. Los místicos continúan intentando decirnos que la realidad está bien.

La realidad no es problemática. Los problemas solo existen en la mente humana, y podríamos añadir en la estúpida y dormida mente humana. La realidad no es problemática. Saquemos a todos los seres humanos de este planeta y la vida continuara, la naturaleza continuara existiendo con toda su amorosidad y violencia. ¿Donde esta entonces el problema? No hay tal problema. Tú te identificas conmigo, ese es el problema. El sentimiento está en ti, no en la realidad.

El tercer paso es: Nunca te identifiques con ese sentimiento. No tiene nada que ver con el «Yo”. No definas tu ser esencial en base a esos sentimientos. No digas «Soy depresivo» Si quieres di » Este estado es depresivo”, así está bien. Si quieres decir que la depresión está aquí, está bien, si quieres decir que la tristeza esta ahí, también está bien. Pero no digas Soy una persona triste, ya que te estas definiendo en base a ese sentimiento. Esta es tu ilusión; es tu error. Hay depresión aquí, en estos momentos, hay sentimientos que hieren aquí, en estos momentos, déjalos correr, déjalos solos. Pasaran. Todo pasa, absolutamente todo.

Tu depresión, tus emociones, no tienen nada que ver con la felicidad. Esos son los vaivenes del péndulo. Si buscas diversión o emociones, prepárate para la depresión. ¿Quieres esa droga? Prepárate para la resaca. Un extremo del péndulo lleva al otro.

Esto no tiene nada que ver con el «Yo», no tiene nada que ver con la felicidad. Esto es el «yo» Si recuerdas esto, si te lo dices miles y miles de veces, si sigues intentando realizar estos tres pasos miles y miles de veces, lo conseguirás. Quizás no tengas ni que hacerlo tres veces, yo no sé, no hay ninguna norma para eso. Pero hazlo miles de veces y ese será el mayor descubrimiento en tu vida. ¡Al diablo con esas minas de oro en Alaska! ¿Que vas a hacer con todo ese oro? Si no eres feliz, no puedes vivir. ¿Así que encontraste oro, y que importa? Tú eres un/a reí/na; eres una princesa. Eres libre, no te importe si alguien te acepta o te rechaza, no hay diferencia. Los psicólogos nos dicen cuán importante es tener un sentido de pertenencia. ¡Chorradas! ¿Para que quieres pertenecer a alguien? Eso ya no va a tener más importancia.

Un amigo me explico que hay una tribu africana en la que el mayor castigo consiste en ser condenado al ostracismo. Si te echasen de Nueva York o del sitio en el que residas, no morirías. ¿Cómo es posible que las personas que pertenecen a esa tribu africana mueran cuando son condenadas? Porque forman parte de la estupidez común de la humanidad. Porque piensan que no serán capaces de vivir si no pertenecen a algo. ¿No son muy diferentes de la mayoría de las personas, no es así?, están convencidos que necesitan pertenecer a algo.

Pero tú no necesitas pertenecer a ningún grupo, no necesitas pertenecer a nadie ni a nada. Tampoco necesitas estar enamorado/a. ¿Quien te dijo que debía ser así? Lo que necesitas en realidad es ser libre. Lo que necesitas es amar. Así es, esta es tu naturaleza. Pero lo que me estás diciendo es que en realidad lo que quieres es ser deseado/a. Quieres ser aplaudido, ser atractivo/a, tener todos esos pequeños monos detrás de ti. Estas malgastando tu vida. ¡DESPIERTA! Tu no necesitas todo esto. Puedes ser felizmente feliz sin ello.

Tu sociedad no se sentirá feliz oyendo esto, porque os aterrorizáis cuando abrís vuestros ojos y comprendéis esto. ¿Como controláis a alguien así? Esa persona no os necesita; no se siente amenazado con tu critica; no le importa lo que piensas sobre el o lo que dices sobre él. Ha cortado todas esas cuerdas; ya no será más una marioneta. Dice la verdad, ya no tiene miedo. Ha dejado de ser un ser humano. ¡HUMANO! ¡Contemplativo! ¡Al fin y al cabo, un ser humano! Rompió con su esclavitud, se salió de su prisión.

Ningún evento justifica un sentimiento negativo. No hay ninguna situación en el mundo que justifique un sentimiento negativo. Eso es lo que ha vuelto roncos a todos los místicos de tanto gritárnoslo. Pero nadie escucha. Los sentimientos negativos están en ti.

En el libro sagrado de los hindús, el Bhagavad-Gita, el Señor Krishna le dije a Arjuna: » Zambúllete al calor de la batalla y mantén tu corazón a los pies de loto del Señor”. Una frase maravillosa.

No tienes que hacer nada para conseguir la felicidad. El gran Mester Elkhart dice de forma maravillosa: «No se alcanza a Dios mediante un proceso de adicción a algo en el alma, sino por un proceso de sustracción» No necesitas hacer nada para ser libre, dejas caer algo de ti y ya eres libre.

Esto me recuerda al prisionero irlandés que construyo un túnel bajo el muro de la prisión para poder escaparse. Fue a parar al patio de una escuela donde estaban jugando unos niños pequeños. Por supuesto, cuando salió del túnel, ya no se pudo contener más y empezó a saltar al tiempo que lloraba y decía» Soy libre, soy libre, soy libre»» (en inglés, el sonido libre es parecido al número tres) (como queriendo decir: tengo tres-años-)

Una niña pequeña le contesto mirándole despectivamente: «Eso no es nada, yo tengo cuatro».

El cuarto paso: ¿Como puedes cambiar las cosas? Como te cambias a ti mismo/a? Debes comprender algunas cosas, ahora o más tarde, y se trata de una sola cosa que puede ser expresada de muchas formas distintas. Imagina un paciente que va al doctor y le explica lo que le hace daño. El doctor le dice: » Muy bien, he comprendido sus síntomas. ¿Sabe lo que hare? ¡Le prescribiré una medicina a su vecino!» El paciente le contesta: «Muchas gracias, doctor, esto me hace sentir mucho mejor». ¿No es absurdo? Pues eso es lo que hacemos todos.

La persona que duerme siempre piensa que se sentirá mejor si alguien cambia. Sufres porque estas dormido/a, y piensas: «Que bonita seria la vida si alguien cambiase, que bonita seria la vida si mi vecino cambiase, mi mujer cambiase, mi jefe cambiase».

Siempre queremos que cambie algo para sentirnos mejor, pero no has descubierto todavía que, aunque tu mujer cambie o tu marido cambie continuaras siendo tan vulnerable como antes, tan idiota con antes, tan dormido/a con antes. Tu eres quien tienes que cambiar, quien tiene que tomar la medicina. Sigues insistiendo: «Me siento bien porque el mundo está bien» Error! El mundo está bien porque yo me siento bien. Esto es lo que dicen todos los místicos.