El Poder de la Mente Sub. 17 y 18

El Poder de la Mente Sub. 17 y 18

EL PODER DE LA MENTE SUBCONSCIENTE
Joseph Murphy

Capítulo 17º

Capítulo 18º

Capítulo 17º en texto

17 Como utilizar  la mente subconsciente para perdonar
La vida no tiene favoritos. Dios es la vida y este principio vital fluye a través de todos y cada uno de nosotros en este momento. El principio vital gusta expresarse a sí mismo como armonía, paz, belle­za, alegría y abundancia a través de usted. A esto le llama usted Vo­luntad Divina o la tendencia a la vida.
Cuando usted pone resistencia mental al fluir de la vida a través de su cuerpo, en su mente subconsciente se fijará esta congestión emocional, produciendo toda clase de condiciones negativas. La Vo­luntad Divina nada tiene que ver con las condiciones caóticas o desdi­chadas en que se desenvuelve este mundo. Todas estas condiciones son traídas por el pensamiento negativo y. destructivo del mismo hombre. Por esta razón, es necedad culpar a la Voluntad Divina de nuestros problemas o penalidades.
Son muchísimas las personas que ponen resistencia para que les fluya el principio vital, acusándolo reprochándolo por las penurias, malestares y sufrimientos de la humanidad. Hay otras que le culpan por sus penas, dolores, pérdida de seres queridos y tragedias persona­les. Descargan su ira contra el principio divino y lo creen responsable de su miseria. Mientras esta gente sostenga tales conceptos negativos acerca del principio divino, experimentarán automáticamente las reac­ciones negativas de su mente subconsciente. En la actualidad, tales personas no saben, ignoran, que se están castigando a sí mismas. Es necesario que comprendan la verdad, que hallen la liberación y suspendan toda condenación, resentimiento y cólera contra cualquier poder ajeno a sí mismos. De otra manera, no podrán avanzar en pros­peridad, felicidad o actividad creativa. En el instante que estas perso­nas mantengan en su mente y en su corazón un Dios de amor y cuan­do crean que el principio divino en el Padre amoroso que los observa, los cuida, los guía, los sostiene y los fortalece, este concepto y creen­cia acerca del principio de vida o divino será aceptado por su mente subconsciente y les llegarán bendiciones innumerables.


LA VIDA SIEMPRE PERDONA
Cuando usted se corta un dedo, la inteligencia subconsciente dentro de todos y cada uno de nosotros comienza inmediatamente a repararla. Nuevas células se reproducen formando el tejido que cu­bren la herida. Cuando coméis por error un alimento contaminado o dañado, la vida le provoca el vómito con el fin de conservarle. Si us­ted se quema la mano, el principio vital reduce el edema y la conges­tión, reproduce los tejidos y la piel.
La vida no tiene nada contra usted y siempre perdona sus erro­res. La vida nos devuelve la salud, vitalidad, armonía y paz, cuando usted coopera pensando en la armonía con la naturaleza.
Sus pensamientos negativos, dolorosos, mórbidos y la mala vo­luntad se posesionan y obstaculizan el fluido del principio vital en usted.


COMO ELIMINO SU SENTIMIENTO DE CULPA
Conocí a un hombre que trabaja todos los días casi hasta la una de la mañana. No prestaba la debida atención a su mujer y sus hijos. Siempre estaba muy ocupado, trabajaba mucho. Creyó que la gente lo felicitaría por tanto empeño en su trabajo y su constancia de pasar la media noche en pleno trabajo. Sufrió una hipertensión y se sintió culpable. Inconscientemente había procedido a castigarse trabajando duro, olvidando completamente a su familia.
Un hombre normal no hace esto. Se interesa en sus hijos y en su desarrollo.
Le expliqué la razón de por qué trabajaba él tan arduamente, diciéndole: «Hay algo que lo está devorando, pues de otro modo no actuaría así. Se estaba castigando a sí mismo y ha aprendido a perdo­narse usted mismo». Tenía un profundo complejo de culpa con su hermano.
Traté de convencerlo de que la Divina Providencia no lo estaba castigando, era él mismo quien se castigaba. Por ejemplo, cuando usted desprecia la ley vital, sufrirá de acuerdo con esto. Cuando usted pone su mano desnuda sobre un alambre de alta tensión, lo quemará. Las fuerzas de la naturaleza no son malvadas; es el uso de ellas lo que de­termina si tienen un efecto bueno o malo. La electricidad no es noci­va; depende de cómo usted la use, ya sea para incendiar un edificio o alumbrar una casa. La única pena es la ignorancia de la ley y el úni­co castigo, es la reacción automática del hombre que desprecia la ley.
Cuando usted emplea mal el principio de química, puede hacer explotar su laboratorio o la fábrica. Cuando usted golpea una tabla con su mano, es posible que se la lastime; el objeto de la tabla no es éste. El objeto puede ser recostarse en ella o para que soporte sus pies.
Este hombre comprendió que Dios no condena o castiga a na­die, y que todos sus sufrimientos se producían por la reacción de su mente subconsciente a los pensamientos destructivos. En alguna oca­sión había engañado a su hermano y ahora éste no le prestaba aten­ción. Aún estaba él lleno de remordimientos y culpa.
Le pregunté: ¿quiere engañar a su hermano de nuevo?
Él contestó: No
Cuando le falló, se justificó alguna vez?
Él contestó: Sí
Pero no lo ha hecho ahora?
Me contestó: No; estoy ayudando a otros que no saben cómo vivir
Agregué a su comentario: «Usted tiene que perdonarse a sí mis­mo». El perdón es mantener los pensamientos sintonizados con la ley divina de armonía. La auto condenación es llamada el infierno (esclavitud y restricción); el perdón se llama cielo (armonía y paz)». Tuvo una total recuperación por cuanto la pesada carga de culpa y auto condenación fueron eliminadas. El médico comprobó que su pre­sión sanguínea se había normalizado. Al haber explicado su mal ha­lló su remedio.


UN ASESINO APRENDIÓ A PERDONARSE A SI MISMO
Hace algunos años me visitó un hombre que había asesinado a su hermano en Europa. Me explicó que su hermano se entendía con su esposa y que al descubrirle les había disparado en la confusión de tal momento; esto había sucedido quince años antes de nuestra entre­vista. Poco después conoció a una muchacha americana con la cual se había casado, teniendo tres hermosos niños; estaba ocupando una posición en donde ayudaba a mucha gente; era otro hombre, se había transformado. Sin embargo sufría una profunda angustia y tortura mental, creyendo que Dios le castigaría.
Le expliqué cómo ya no era física y sicológicamente el mismo hombre que hacía quince años había matado a su hermano; pues se­gún los científicos nos informan, las células del cuerpo cambian cada once meses; además, mental y espiritualmente era un hombre nuevo, amable, lleno de bondad y buena voluntad por los demás. El hombre «viejo» que había cometido el crimen, quince años antes, estaba men­tal y espiritualmente muerto. En este momento él estaba condenando a un hombre inocente.
Esta explicación causó un profundo efecto sintiendo como si un gran peso se hubiera quitado de encima; entonces comprendió el sig­nificado del versículo: «Venid ahora; razonemos juntos; aunque tu mal sea como la escarlata, será tan blanco como la nieve; aunque sea tan rojo como el carmesí, será tan blanco como la lana».


LA CRITICA NO PUEDE HERIRLE MIENTRAS USTED NO LO CONSIENTA
Me contaba una maestra de escuela que uno de sus compañeros le escribió criticándola por una lección dictada con demasiada rapi­dez; no pronunciaba algunas palabras, la dicción era muy pobre y su discurso pésimo. La maestra se puso furiosa llena de resentimiento ha­cia el muchacho, pero admitió la crítica como justa; su primera reac­ción fue infantil reconociendo al fin que la nota recibida era benéfica y maravillosa. Procedió inmediatamente a corregir sus deficiencias de dicción tomando un curso de «Cómo hablar en público» en el City College.
Luego escribió y agradeció al autor de la nota por su interés ex­presándole gran aprecio por sus conclusiones, lo cual le había permi­tido una oportuna y adecuada corrección.
COMO SER COMPASIVO
Supongamos que ninguna de las cosas dichas en la carta mencio­nada hubiese sido verdad. La maestra habría comprendido que el tema de la clase había alterado los prejuicios, supersticiones o creencias sectarias del autor de la nota y simplemente habría visto la expre­sión de una persona enferma vaciando su resentimiento, como si una caldera sicológica lo hubiera impulsado.
Para comprender este fenómeno se necesita compasión. Usted no podrá ser herido cuando comprenda que tiene la clave de los pen­samientos, reacciones y emociones. Las emociones siguen a los pensa­mientos, y usted tiene el poder de rechazar todos los pensamientos que puedan perturbarlo o trastornarlo.


ABANDONO EL ALTAR SIN CELEBRARSE EL CASAMIENTO
Hace algunos años fui a una iglesia para celebrar un matrimonio. El novio no apareció. Al cabo de dos horas la novia rompió a llorar di­ciendo: «Le rogué a la Divina Providencia me asistiera con su iluminación, y esta es la respuesta. Si no ha venido, quizás haya sido lo me­jor para ambos».        
Cualquier otra persona en un estado similar se habría dejado lle­var por un estado emocional, terminando en gritos, tomando sedantes y hasta hospitalizada.
Sintonícese con la Inteligencia Infinita que permanece en el sub­consciente, escódese en la respuesta que reciba en la misma forma que un niño se escuda en los brazos de su madre. Es así como usted pue­de obtener la salud y el equilibrio emocional.


EL MATRIMONIO ES ALGO MALVADO, LA VIDA SEXUAL ES UNA COSA MÓRBIDA Y YO SERIA UNA MALVADA, DIJO ELLA
Hace algún tiempo entrevisté a una joven de 21 años de edad. Se había educado en un ambiente rancio e insano, le habían enseñado que era pecado bailar, jugar a las cartas, nadar o salir con un hombre.
La joven vestía siempre de negro, no usaba ninguna clase de ma­quillaje pues según su madre era pecado, quien además le añadía que todos los hombres eran perversos, que el sexo era cosa maligna, cual libertinaje endiablado.
Concluí que esta joven debía aprender a perdonarse a sí misma pues se sentía llena de culpas. Perdonar significa dar. Ella debía cam­biar sus falsas creencias por las verdaderas vitales y una estimación de sí misma. Cuando salía con jóvenes de la empresa donde trabajaba, tenía un profundo sentimiento de culpa y sentía que Dios la iba a castigar. Varios jóvenes le habían propuesto matrimonio, pero según me contó: «Era un error casarse. Él sexo es algo perverso y yo sería malvada». Era la voz de la conciencia y acondicionamiento mental mal formado desde su infancia.
Estuvo visitándome una vez a la semana y le enseñé como traba­jan las mentes consciente y subconsciente, tal como yo le expliqué en este libro. Comprendió que había sufrido un embrutecimiento cerebral, hipnotizada y condicionada por su madre ignorante, supersti­ciosa, fanática y frustrada. Se separó de su familia; empezó a vivir una vida normal y maravillosa. Siguió mis consejos, se vistió mejor, concurrió a los salones de belleza, tomó lecciones de baile con un pro­fesor y también aprendió a conducir carro. Aprendió a nadar, jugar las cartas; aceptó muchas invitaciones y citas; empezó a amar la vida. Suplicó por tener un compañero adecuado y pidió al infinito espíritu traerle un hombre que armonizara con su modo de ser. Esto se llevó a cabo una tarde cuando salía de mi oficina, había un joven espéren­me y los presenté; hoy están casados y armonizan entre sí perfecta­mente.


PERDONAR ES NECESARIO PARA CURARSE DE CIERTAS ENFERMEDADES
Y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguno, para que también os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Perdonar a otros es esencial para la paz mental y salud radiante. Es necesario que perdonéis a todos los que os han hecho mal, si que­réis la paz y el bienestar perfectos. Perdonarse a sí mismo es poner vuestros pensamientos en armonía con la ley y orden divinos. Real­mente no pueden perdonarse a sí mismos hasta cuando usted no haya perdonado a los demás. Rehusar perdonarse a sí mismo es ni más ni menos que el orgullo o ignorancia espiritual. La medicina psicosomática de hoy, sostiene el hecho que todos los sentimientos, condena­ciones, hostilidad y remordimientos, son la causa de un prototipo mental que producen enfermedades que van desde la artritis hasta los desórdenes cardíacos. Recalcan que estas personas enfermas han sido maltratadas, heridas, golpeadas, injuriadas y guardan odio y re­sentimientos contra sus opresores. Esto produce sangrantes heridas en la mente subconsciente. Hay una sola medicina que puede curar sus heridas: Perdonando.

PERDÓN ES AMOR EN ACCIÓN
Lo esencial en el arte de perdonar, es tener el deseo auténtico de hacerlo. Cuando usted desea perdonar sinceramente a otro, tiene el cincuenta por ciento a su favor. Perdonar a los demás no significa ne­cesariamente el que deba tener relaciones con él o se asocie a él. Us­ted no puede ser obligado a querer a alguien, ni puede imponérsele le­yes que le obliguen a tener buena voluntad, amor, paz o tolerancia. No es posible amar a las personas porque emitan una ley a tal efecto. Se deduce entonces que se puede amar a otros, sin que necesariamen­te nos gusten.
«Amaos los unos a los otros». De esto, todos y cada uno de no­sotros puede hacerlo quien realmente lo desee. Amar significa desear a la demás salud, felicidad, paz, alegría y todas las bendiciones de vida. Sólo existe un requisito; ser sincero. Usted no es del todo mag­nánimo cuando perdona; en cierto modo hay egoísmo por cuanto us­ted piensa en ello y lo siente. Como usted crea y piense, así será. ¿Hay algo más simple que esto?


TÉCNICA DEL PERDÓN
El método expuesto a continuación es muy sencillo, obrará ma­ravillosamente en su vida cuando lo practique: tranquilice su mente, relájese y siga adelante. Piense en el principio divino tantas veces cita­do, piense en su amor por usted y afirme: «Perdono total y libremen­te a Fulano de Tal (mencione el nombre del ofensor); lo libero men­tal y espiritualmente. Perdono totalmente cualquier cosa relacionada con el problema en cuestión. Soy libre y él (o ella) es libre. Es un sentimiento maravilloso. Es mi día de olvido general, libero a todas y cada una de las personas que me han ofendido y les deseo a todas ellas prosperidad, felicidad, paz y todas las bendiciones de la vida. Lo hago libre, alegre y amorosamente y cualquier cosa que yo piense de la persona o personas que me han ofendido, diré: -La he liberado y todas las bendiciones de la vida sean con ella. Soy libre y él será libre». Los resultados son maravillosos.
Una vez que usted ha perdonado con toda sinceridad a la perso­na es necesario repetir la plegaria, este es el gran secreto del perdón. Si la persona permanece en su mente o la ofensa particular por ella inferida surja a su mente, elimínela diciendo: «La paz sea contigo». Hágalo así muy a menudo cuando el pensamiento entre en su mente. Usted hallará que después de pocos días el pensamiento o experien­cia retornará cada vez con menos intensidad, hasta desaparecer.
LA PRUEBA ACIDA DEL PERDÓN
El oro se prueba con ácido. Hay también una prueba acida para el perdón. Si yo le contara algo extraordinario de alguien que usted no quiere porque le ha engañado, o defraudado, y usted se enfurece al oír noticias buenas de su eventual enemigo, esto significaría que las semillas del odio están todavía en su mente subconsciente disponibles a hacer estragos con usted.
Supongamos que haya tenido un doloroso absceso dental hace un año y usted me lo cuenta; si yo le preguntara si ha tenido casual­mente disgusto en este momento, al contármelo, con toda seguridad que me contestará: «Por supuesto que no; tengo recuerdo de ello pe­ro no disgusto». He aquí la clave. Usted guarda memoria del inciden­te, pero no sufre por ello. Es esta la prueba del ácido y necesario comprenderla sicológica y espiritualmente; de otro modo está simple­mente obstaculizándose a sí mismo y no está practicando el verdade­ro arte del perdón.


PARA COMPRENDER ES NECESARIO PERDONAR
Cuando un hombre comprende la ley creativa de su mente, cesa de culpar a los demás y las condiciones que obstaculizan su vida. Sa­be que son sus propios pensamientos y sentimientos los que crean su destino. Además, está consciente que lo externo no es la causa acondicionadora de su vida y experiencias. Creer que otros puedan destruir nuestra felicidad, que usted es la pelota de un cruel destino, que us­ted necesita oponerse y pelear con los demás para poder vivir, todas estas y otras cosas parecidas son insostenibles una vez comprenda que sus pensamientos son cosas factibles.
«Lo que un hombre piensa en su corazón, así será».

RESUMEN DE LOS PUNTOS MAS SOBRESALIENTES

  1. El principio vital no respeta a nadie. La vida no tiene favori­tos. El principio vital parece favorecerle cuando usted se sintonice a sí mismo con el principio de armonía, salud, alegría y paz.
  2. El principio vital no envía ni enfermedades, ni accidentes, ni sufrimientos. Nosotros atraemos estas cosas sobre sí mismos por nues­tros propios pensamientos destructivos negativos basados en la ley «lo que sembramos, recogeremos».
  3. Su convicción sobre el principio vital es la cosa más importan­te de su vida. Si usted está convencido realmente de la existencia del Amor Divino, su mente subconsciente responderá dándole innumera­bles bendiciones. Crea en el Amor Divino.
  4. El principio vital no guarda rencor alguno contra nadie. La vi­da jamás condena. La vida cura una profunda cortada en su mano. La vida le perdona cuando se quema un dedo, reduciendo el edema y restaurando la parte afectada perfecta y totalmente.
  5. El complejo de culpa es un falso concepto del principio vital ni nos castiga, ni nos juzga. Usted se castiga o juzga a sí mismo por sus falsas creencias, pensamientos negativos o auto condenación.
  6. El principio vital, ni condena ni castiga. Las fuerzas naturales no son malvadas; es el efecto de su uso. Depende de cómo utilice us­ted el poder que «están dentro de ellas. Usted puede utilizar la electri­cidad para matar a alguien e iluminar su casa. Puede utilizar el agua para ahogar a un niño o calmar la sed. El bien o el mal respaldan el pensamiento y el propósito en la propia mente del hombre.
  7. El principio vital jamás castiga. Los hombres se castigan a sí mismos por su falso concepto de Dios, de la vida, y del universo. Sus pensamientos son creadores y ellos crean su propia miseria.
  8. Si alguien le critica y estas faltas son ciertas, alégrese y apre­cie el comentario. Esto le da la oportunidad de corregirse.
  9. No volverá a ser herido por la crítica cuando comprenda que usted es la clave de sus pensamientos, reacciones y emociones. Esto le dará la oportunidad para rogar y bendecir a los demás, y en conse­cuencia, a sí mismo.
  10. Cuando suplique para obtener guía y actuar correctamente, tómelo tal como venga. Comprenda que es bueno y muy bueno. En­tonces no habrá causa para auto apiadarse, odiarse o criticarse.
  11. No hay algo que sea bueno ni malo, sólo el pensamiento así lo hace. No hay nada malo en el sexo, el deseo de comida, prosperi­dad, riqueza o expresión perfecta; depende de cómo utilice estas ne­cesidades, deseos o aspiraciones. Sus deseos por alimentarse pueden lograrse sin matar a alguien para conseguirlo.
  12. El resentimiento, el odio, mala voluntad y hostilidad están detrás de un pesado fardo de malestares. Perdónese a sí mismo y a los demás, irradiando amor, vida, alegría, buena voluntad para todos aquellos que le ofendan. Continúe hasta atando traspase su mente y tenga verdadera paz con. ellos.
  13. Perdonar es dar algo -Dar amor, paz, alegría, sabiduría y to­das las bendiciones de la vida a los demás, basta que no haya dolor en vuestra mente. Es esta la prueba del ácido del perdón.
  14. Supongamos que usted haya tenido un absceso dental hace un ano, era muy doloroso. ¿Pregúntese a sí mismo, ahora duele? La res­puesta será negativa. ¿En forma semejante si alguien le ha ofendido, calumniado, herido, ultrajado, su pensamiento contra esta persona es negativo? ¿Se enfurece cuando lo recuerda? Si es así, las raíces del odio están allí, vivas y destruyéndole. La única manera de elimi­narlas es con amor, deseándole a la persona ofensora todas las bendi­ciones divinas, hasta el instante en que el recuerdo de la persona no le mortifique y reaccione con una bendición de amor y paz. Esto es el significado de «perdona setenta veces siete».

CAPÍTULO 18º

18 El subconsciente elimina los obstáculos mentales
El problema trae consigo la respuesta. La respuesta está dentro de cada problema.
Si usted se encuentra ante una situación apremiante y no ve la salida fácilmente pruebe el mejor procedimiento suponiendo que la Inteligencia Infinita, localizada dentro de nuestra mente subconscien­te, lo sabe todo y lo ve todo; ella tiene la respuesta y se la revelará en cualquier momento. En este instante, su actitud mental debe tener bien presente que la Inteligencia Creadora producirá la respuesta per­mitiéndole encontrar el camino abierto para poder manifestarse. Com­penétrese con la idea de que esta actitud mental trae orden, paz y bie­nestar por encima de cualquier obstáculo.


COMO ELIMINAR O FORJAR UN HABITO
El hábito es una función de la mente subconsciente; somos cria­turas llenas de hábitos. Aprendamos a nadar, montar en bicicleta, bailar y conducir un vehículo por la constante repetición de los mis­mos actos hasta imprimirlos en la mente subconsciente; entonces, la acción automática del hábito (automatismo reflejo) es recogida y con­dicionada en el subconsciente. Por esta razón se lo llama segunda na­turaleza; en realidad es una reacción de la mente subconsciente que le obliga a pensar y actuar.
Somos libres*de escoger un hábito malo o bueno. Cuando repe­timos constantemente un pensamiento negativo o actuamos negativamente durante un cierto período de tiempo, quedaremos sometidos al hábito, bajo el impulso o compulsión.


COMO ELIMINAR UN MAL HABITO
El señor Jones me comentó: «Un deseo incontrolable me impul­sa a beber y permanecer bebiendo hasta dos semanas seguidas. No me ha sido posible eliminar este terrible hábito»
Me confesó que a fuerza de voluntad era capaz de suprimir el de­seo temporalmente, pero su esfuerzo persistente no hacía sino, agra­var las cosas. Pasado un tiempo recaía en el infortunado vicio, bebien­do con exceso. Sus repetidos fracasos le impedían controlar el hábito y perdía las esperanzas de curación. La idea de tal imposible se con vertía en poderosa sugestión en su mente subconsciente, agravando su debilidad, convirtiéndose su vida en una gigantesca dificultad.
Había empezado a beber por iniciativa propia pero llegó a com­prender que debía cambiar este hábito negativo por uno nuevo. Le en­señé la manera de armonizar las funciones de las mentes consciente y subconsciente. Cuando las dos cooperan se realiza la idea o deseo im­plantados. El razonaba comprobando al mismo tiempo que su hábito le condujo al desastre; sabía que su vicio destructivo era un reflejo condicionado o hábito adquirido con beneplácito consciente. Compren -dio que, si éste le había condicionado por sí mismo negativamente, también podía condicionar otro positivamente hasta lograr la liber­tad, sobriedad y paz mental. En consecuencia, aceptó la idea de triun­fo y descartó la imposibilidad de vencer el mal hábito. Se dio cuenta que no existían obstáculos para su curación, sino los creados por su propio pensamiento; luego, no era necesario hacer un gran esfuerzo o ejercer coerción mental.


EL PODER DE LA IMAGEN MENTAL
El señor Jones por culpa de la bebida había perdido el contacto con su familia; no le permitían visitarla y su esposa no le dirigía la pa­labra.
Se propuso practicar la relajación corporal y mantenerla en estado de somnolencia meditativa. Después reemplacé su prototipo nega­tivo ocupando su mente con la imagen del fin deseado; sabía que su mente subconsciente le acogería. Visualizó a su hija facilitándole, diciéndole: «Papá, es maravilloso tenerte de nuevo en casa».
Con regular y sistemática perseverancia todos los días se sentaba para meditar sobre el prototipo imaginado. En cuanto su atención se dispersaba, recalcaba de nuevo su imagen mental, veía a su hija son-riéndole; oía su voz, veía la escena hogareña, llegando a su casa nue­vamente para llenarla con su presencia.
Esta práctica fue reacondicionando su mente gradualmente, la sostuvo con constancia; sabía que tarde o temprano establecería en su subconsciente este nuevo prototipo mental.


CONCENTRANDO LA ATENCIÓN
Le expliqué se podía comparar su mente consciente a una cáma­ra fotográfica; la mente subconsciente era la placa sensible sobre la que él registraba e imprimía su imagen. Esto le impresionó y con to­da su alma mantuvo en su mente el nuevo deseo de corregirse y allí lo desarrolló.
Comprendiendo que su mente subconsciente era la película im­presa por la mente consciente, no hizo esfuerzo alguno; no se produjo lucha mental. Tranquilamente ajustó sus pensamientos y enfocó su a-tención en el nuevo prototipo de su mente, hasta lograr identificarse con éste. Se absorbió en su nueva atmósfera interior, repitiendo cada vez que le era posible, su cinta mental.
Cuando sentía el impulso de beber, lo borraba de su mente y re­nacía el deseo de estar con su familia.
Tuvo éxito puesto que se sentía seguro de que tarde o temprano, viviría la imagen creada en su mente. Hoy se siente muy feliz, es el
presidente de una compañía que tiene un capital de varios millones de dólares.


DECÍA QUE LA MALA SUERTE LO PERSEGUÍA
El señor Block tenía una entrada anual de veinte mil dólares, pe­ro se quejaba de que en los tres últimos meses todas las puertas se le habían cerrado.
Me explicaba que llevaba al cliente hasta el punto de firmar el ne­gocio y que entonces la puerta se le cerraba. Sostenía que quizás la mala suerte le perseguía.
Discutiendo el asunto con el señor Block, descubrí que hacia precisamente tres meses antes había tenido un disgusto muy serio con un odontólogo porque después de haberle prometido firmar un con­trato, se había arrepentido en el último momento, por esta razón le guardaba un profundo rencor. Pero empezó a sentir inconscientemente un profundo temor de que los demás clientes hicieran lo mis­mo, estableciendo así un estado de frustración, hostilidad e inseguri­dad que le creaban el obstáculo. «Lo que tu tomas te llegará». El señor Block comprendió que su problema estaba en su propia mente y que era esencial cambiar su actitud.
Rompió este período que llamaba de mala suerte, así: «Com­prendo que estoy unido a la Inteligencia Infinita de la mente subcons­ciente la cual no conoce obstáculos, ni dificultades, ni demoras. Vivo en alegre expectativa de algo mejor. Mi mente responde a mis pensa­mientos. Sé que el trabajo del poder infinito de la mente subconsciente no puede perderse. La Inteligencia Infinita siempre termina con éxito lo que empieza. La sabiduría creadora obra a través de mí para llevar al éxito todos mis proyectos y propósitos. Todo lo que comien­ce lo llevaré a feliz término. Mi meta en la vida es dar un maravilloso servicio y todos aquellos con quienes yo tenga contacto quedarán complacidos con lo que ofrezco. Todo mi trabajo es fruto del orden divino».
Repitió su plegaria, por la mañana antes de levantarse y por la noche antes de acostarse. Al poco tiempo había restablecido un nuevo hábito en su mente subconsciente, eliminando el prototipo negati­vo anterior; se convirtió en un vendedor con éxito.


HASTA QUE PUNTO QUIERE USTED LO QUE DESEA
Un día le preguntó un joven a Sócrates: ¿Cómo puedo llegar a ser sabio? Sócrates le respondió: Ven conmigo. Lo llevó a la orilla de un río, se metió con él en el agua y luego le sumergió la cabeza den­tro de ella; lo mantuvo así hasta cuando el muchacho forcejeó por li­brarse y entonces lo soltó; el muchacho respiró ansiosamente. Cuan­do el muchacho se calmó, Sócrates le preguntó: ¿Qué fue lo que más deseaste cuando tenías la cabeza dentro del agua? El muchacho dijo: Aire.
Sócrates añadió: «Entonces cuando aspires a la sabiduría con las mismas ansias con que deseabas el aire, la recibirás».
En la misma forma cuando tengáis el intenso deseo de vencer cualquier obstáculo en la vida, debéis tener una clara visión de que hay un medio de obtenerlo, seguid este medio, así aseguraréis la vic­toria y el éxito esperado: Si deseáis la paz y la calma interior, real­mente la obtendréis. No toméis en cuenta cuan injustamente habéis sido tratados o lo desleal de vuestro jefe, o la picardía de que se ha valido otro; nada de esto interferirá en el éxito cuando se despierta en vosotros el poder mental y espiritual.
Usted sabe lo que quiere, rehusé definitivamente permitir a los ladrones en su interior (pensamientos de odio, ansiedad, hostilidad, mala voluntad) le quiten la paz, armonía, prosperidad, salud y felici­dad. Evite dejarse llevar por los demás, por las circunstancias, noticias o sucesos, identificando sus pensamientos inmediatamente con su me­ta en la vida Vuestra es la paz, prosperidad, salud, inspiración, armonía, abundancia. Siente en este instante un río de paz, fluyendo a través de usted. Su pensamiento es una potencia invisible e inmaterial y sólo usted puede escoger la dicha, la inspiración y la paz.


POR QUE NO PODÍA CURARSE
He aquí la historia de un hombre casado, padre de cuatro niños, que mantenía relaciones secretas con otra mujer durante sus viajes de negocios.
Vivía enfermo, nervioso, de mal humor y neurótico; sufría de in­somnio y no podía conciliar el sueño si no tomaba drogas. El médico le diagnosticó una hipertensión arterial; además sufría de dolores en diferentes órganos, cuyos orígenes, los médicos no habían podido diagnosticar. Las cosas eran aún peores pues era un bebedor consue­tudinario.
Había violado los votos matrimoniales y esto le mantenía turba­do su credo religioso, plasmado en su subconsciente. le hacía sentir culpable. Aquí estaba la causa real de sus males; había adquirido una profunda e inconsciente enfermedad llamada complejo de culpa y be­bía en exceso para acallarlo, cual enfermo que se autor receta, en este caso ingiriendo alcohol.
Así como algunos enfermos inválidos calman sus dolores a base de morfina o «cocaína, él tomaba alcohol para adormecer y tratar de cicatrizar la herida mental que le obsesionaba. Hacia lo del antiguo refrán: «Echaba leña al fuego».


LA EXPLICACIÓN Y LA CURA
Le expliqué cómo funcionaba su mente. Escuchó y comprendió, encaró su problema, lo examinó y decidió abandonar su doble juego. Sintió que bebía para escapar a sus errores. Debía cambiar la causa secreta arraigada en su mente subconsciente para alcanzar la curación de su mal.
Utilizó la siguiente plegaria, tres o cuatro veces al día, con el fin de impresionar su mente subconsciente. «Mi mente está llena de paz, equilibrio, y serenidad. El poder infinito reposa alegremente en mí, y no temo a nada, ni al pasado, ni al presente, ni al futuro. La inteligencia Infinita de mi menta subconsciente me conduce, guía y dirige todos mis actos. Afrontaré cualquier circunstancia con fé, calma, equilibrio, seguridad y confianza. Estoy completamente libre de mi Hábito. Mi mente está llena de paz, alegría y libertad. Me perdono a mí mismo, y me siento perdonado. La paz, sobriedad y confianza inundan totalmente mi mente».
Repitió esta plegaria frecuentemente, sabiendo lo que estaba ha­ciendo y por qué lo hacía. Al comprender y convencerse de la impor­tancia de sus propias palabras sintió la fé y confianza que necesitaba.
Le expliqué que al repetir las frases en voz alta, lenta, y con afec­to acabaría por transferirlas poco a poco a su subconsciente cual semi­llas sembradas que crecen y fructifican.
«La luz disipa las tinieblas». Estas verdades, «obre las cuates se concentró penetraron en lo hondo de su alma; logró oír y -sentir las vibraciones curativas de tales palabras, alcanzando por fin su mente subconsciente, hasta» eliminar todo prototipo negativo que habían ocasionado su malestar. En un mes escaso se curó, transformándose en un hombre nuevo.


¿ REHUSA ADMITIRLO?
La mayoría de las personas conservan un mal hábito porque rehúsan ellos admitirlo. Si usted es alcohólico o drogadicto, empiece por aceptar que lo es, no intente negarlo sacándole el cuerpo al asun­to. Su mal está representado por una inestabilidad, un temor interior, una profunda creencia. Rehúsa afrontar la vida, tratando de escapar a sus responsabilidades por medio de la bebida. No tienen fuerza de vo­luntad, ni libre albedrío, aun cuando piensan que la poseen y se ufa­nan de ellos.
El bebedor consuetudinario dice vanidosamente: «No probaré un trago más», pero nunca tiene suficiente poder de voluntad para convertir esta afirmación en una verdad porque él no sabe dónde está localizada la fuerza para lograrlo. Vive en una prisión sicológica crea­da por él mismo; se halla atado por sus creencias, opiniones, costum­bres e influencias del medio ambiente. Como la mayoría de las perso­nas usted es una criatura hija del hábito.


FÓRMESE LA IDEA DE LIBERTAD
Construya en su mente la idea de paz y libertad, hasta alcanzar las profundidades del subconsciente que es todopoderoso y le libera­rá de cualquier deseo negativo, ya sea alcohol o droga. Teniendo una nueva comprensión de cómo trabaja la mente subconsciente, puede hacer sus propias afirmaciones y probar el resultado omnipresente. Haga la prueba.


CURADO EN UN CINCUENTA Y UN POR CIENTO
Cuando se tienen ardientes deseos de librarse de un hábito des­tructor significa que ya se ha ganado la mitad del camino.
Si el deseo de vencer un vicio es mayor que el de continuar con él, no tendréis dificultad en alcanzar el éxito.
Cualquiera que sea el pensamiento elaborado en la mente, ésta lo aumentará. Si fijáis la mente en el espíritu de liberación (dejar un hábito) y en la paz mental y la mantenéis enfocada en la «pantalla de la liberación», generaréis emociones y sentimientos que gradualmen­te fijarán el concepto de libertad y paz. Cualquier imagen» que acepte su subconsciente, la realizará.


LA LEY DE SUSTITUCIÓN
Usted no sufre en vano y no tiene sentido el continuar sufriendo. Comprenda que algo bueno puede surgir del sufrimiento.
Cuando la persona continúa siendo un alcohólico, produce un deterioro físico-mental.
Comprenda que el poder del subconsciente lo respalda.
Lo mismo puede decirse si está triste, melancólico; empiece a imaginarse la alegre libertad que está almacenada dentro de usted.
Esta es la ley de sustitución En la misma forma como la imagi­nación lo conduce a la bebida deje ahora que lo conduzca a la liber­tad y paz mental.
Al principio sufrirá un poco, pero su propósito es curativo; so­pórtelo como la madre soporta los dolores del parto y dará a luz un nuevo hijo de la mente, su subconsciencia dará a luz la sobriedad.


CAUSA DEL ALCOHOLISMO
La verdadera causa del alcoholismo es un pensamiento negativo destructivo. Lo que un hombre piense, así será. El alcohólico tiene un profundo sentido de inferioridad, ineficiencia, defectos, pereza y frustración, acompañado de un profundo sentimiento de hostilidad. Encuentra innumerables excusas para «tomar», pero la única razón está en su pensamiento.


LOS TRES PASOS MÁGICOS
Primero: Detenerse; aquietar los torbellinos mentales. Entrar en estado somnoliento. En este estado receptivo, pacífico, relajado que­da preparado para el segundo paso.
Segundo: Escoger una frase breve, sencilla, fácilmente grabable en la memoria y repetirla una y otra vez, como una susurrante can­ción de cuna. Utilice la frase: «La sobriedad y la paz mental son ahora mías, y estoy agradecido por esto» Para evitar que la mente se dis­perse, dígalo en voz alta y siga con labios y lengua la pronunciación de la afirmación mental que usted hace. Esto le ayudará a alcanzar el nivel de la mente subconsciente, hágalo durante más de cinco minutos; hallará una profunda respuesta emocional.
Tercero En el preciso instante de dormirse, practique lo que hacía Johann von Goethe, el gran poeta alemán. Imagínese al amigo que más estima, sentado frente a usted. Cierre sus ojos, relájese y perma­nezca sosegado Óigale decir al amigo «Felicitaciones», véalo sonreír, escuche su voz. Toque mentalmente su mano; haga esta escena tan real y vivida como le sea posible. La palabra Felicitaciones implica la completa y total libertad. Escúchelo una y otra vez hasta obtener las reacciones del subconsciente que os llene de satisfacción.


SEA CONSTANTE
Cuando el temor golpee a la puerta de su mente, o cuando la preocupación, la ansiedad o la duda crucen por su mente, manténga­se firme, siga contemplando la meta o propósito. Piense en el Infini­to Poder que existe en la mente subconsciente que puede ser genera­do por su imaginación y pensamiento; le dará confianza, vigor y valor. Sea constante; persevere hasta que en el amanecer de un nuevo día se disipen las tinieblas.

RESUMEN DE LOS PUNTOS MAS SOBRESALIENTES

  1. La solución está en el problema mismo. La respuesta está den­tro de cada pregunta. La Inteligencia Infinita le responderá cuando us­ted el llame lleno de fe y confianza.
  2. El hábito es una función de la mente subconsciente. No hay mayor evidencia que el asombroso poder del subconsciente plasmado en la fuerza de los hábitos adquiridos durante nuestras vivencias. El hombre es el resultado de sus hábitos.
  3. Usted va formando hábito en la mente subconsciente repi­tiendo un pensamiento y actuando una y otra vez hasta establecer la impresión prototipo en la mente subconsciente, convirtiéndose en un autómata:  baila, escribe, camina, nada, conduce un automóvil.
  4. Usted tiene la libertad de escoger. Puede obtener un hábito bueno o malo. La plegaria es un buen hábito.
  5. Cualquier imagen mental, apoyada por la convicción que us­ted sostenga en su mente consciente, la cristalizará su mente subcons­ciente.
  6. El único obstáculo de su éxito es su propio pensamiento, su propia imagen mental
  7. Cuando su imagen se disperse, regrésela a la contemplación de su meta. Conviértalo en un hábito. Con esto se disciplina la mente.
  8. Su mente consciente es una cámara fotográfica y su mente subconsciente es la placa sensitiva sobre la cual se imprime o registra la imagen.
  9. La única mala suerte que le puede perseguir es su constante y repetido pensamiento de temor. Rómpala, sabiendo que cualquier co­sa que empiece debe terminarla. Imagínese el final feliz y sosténgalo con toda confianza.
  10. Para reformar un nuevo hábito debe estar plenamente conven­cido de su necesidad. Si sus intenciones de eliminar un mal hábito son superiores a las de continuarlo, tiene la mitad del camino a su favor.
  11. Lo que digan los demás no puede herirle excepto que usted admita en sus pensamientos que tengan participación mental. Identifíquese a sí mismo con su meta de paz, armonía y alegría. Usted es el único pensador del universo.
  12. Beber excesivamente es un deseo inconsciente de escape. La causa del alcoholismo es un pensamiento negativo destructivo. La cura está en creerse libre, sobrio y perfecto hasta sentir la emoción de haberse liberado del vicio.
  13. Mucha gente sigue siendo alcohólica porque niega admitir que lo es.
  14. La ley de la mente subconsciente, que le mantiene maniatado e inhibido para actuar libremente, le dará la libertad y felicidad ansia­das. Depende de cómo la use.
  15. Su imaginación le guía hacia la bebida convirtiéndole en un es­clavo, deje que le conduzca hacia la liberación de su vicio empezando por imaginar que usted ya es libre.
  16. La causa real del alcoholismo es el pensamiento negativo des­tructivo. «Como un hombre piense en su corazón (mente subcons­ciente), así será él».
  17. Cuando el temor toque a la puerta de su mente, tenga fé en la ley divina, en la ley de todas las cosas buenas y se abrirán sus puertas.