La consciencia de la prosperidad
LA CONSCIENCA DE PROSPERIDAD
¿Cómo podemos desarrollar una actitud beneficiosa hacía la conciencia de prosperidad, con el fin de atraerla y no rechazarla?
En primer lugar, debemos preguntarnos lo que es conciencia y lo que es prosperidad.
Prosperidad es una palabra engañosa, se puede ser multimillonario y todavía no sentirse próspero.
¿Puede ser entrenada la conciencia hacía cualquier clase de prosperidad que deseamos?
Si la consciencia puede ser entrenada, ¿qué parte de la conciencia se entrena?
En la mente hay el nivel consciente (pensamiento analítico), el subconsciente y supra consciente. ¿Qué parte de la mente debe activarse para atraer la conciencia de prosperidad?
Pautas de la mente inconsciente.
El único instrumento que tiene una persona es la mente pensante, consciente.
¿Cómo puede ser entrenada para que se introduzca en los diversos mecanismos de la mente subconsciente que forman nuestro cuerpo sutil?
Cualquier cosa que ocurra en nuestro cuerpo sutil siempre transciende al aspecto físico, consciente. Si se tiene conciencia de pobreza o prosperidad esta procede de los estratos subconscientes de la mente.
Los psicólogos han explorado únicamente una pequeña sección de la mente subconsciente; existen muchos estratos y en ellos ciertas pautas.
El pensamiento de enfermedad, salud y pobreza es el resultado de los esquemas o pautas de la mente subconsciente, que transciende a los aspectos fisiológicos y ambientales.
¿Cómo podemos abordar la mente subconsciente?, ¿cómo podemos cambiar los esquemas de la mente subconsciente? Hay muchos modos de hacerlo. Se puede utilizar la afirmación, pero afirmar algo y realmente conseguirlo se hace difícil debido a los esquemas negativos establecidos.
Primer paso: intensificación.
Por ejemplo, consideremos el odio. Lo que se debe hacer es expresar ese odio. No para expresarlo hacía la persona que puede causarle daño, sino para eliminar el odio que hay dentro de uno.
Para eliminar ese odio debe haber un pensamiento muy fijo en nuestra mente: “me estoy liberando de este odio y de esta agresividad a través de experimentarlo de forma muy intensa”.
Usando una sencilla analogía, si quieres relajar tu cuerpo, primero tensas los músculos y después los sueltas; esto te proporcionará relajación.
El único peligro de esta técnica, es que si te mantienes pensando en el odio puedes incrementarlo, y dirigirlo aún más profundamente al subconsciente. Pero si está el pensamiento subyacente “me estoy liberando de este odio al intensificarlo”, te liberarás de él.
Pero esto es solo el primer paso.
Segundo paso: contemplación:
Después de haber realizado el proceso de experimentar este odio con gran intensidad, se realiza el factor opuesto. Primero sientes una intensa emoción de odio, después contemplas ese odio.
Miras tu odio y dices: ¿qué hay de malo en esto? (Cuál es la causa de esto).
Soy yo, porque el odio que hay en mí, es parte de mis propios esquemas; nadie más es responsable de ello.
No es el objeto, el que me hace sentir odio, es la interpretación del objeto, lo que crea odio en mí. Soy totalmente responsable de ello, porque las emociones, cualesquiera que sean, son subjetivas y no objetivas.
De esta manera te enfrentas a la emoción y la intensificas. Este principio se expresa en la Biblia cómo “no resistas al mal”, y después continuas con la contemplación.
La contemplación es un proceso en el cual se mira un pensamiento desde su comienzo hasta el final. Un terapeuta puede ayudar mucho a una persona a guiar su mente a través de este proceso.
La verdadera contemplación es como echar aceite de una vasija a otra, sin que haya ruptura, es un fluir.
Practicando la contemplación la mente se hace más focalizada, creando un estado natural de concentración. Cuando más concentrada es la mente, más fuerza adquiere para luchar contra la negativa de forma que no produzca conflictos.
La gente habla de sus corazones y dicen: mi corazón está cerrado. Viven la experiencia de estar cerrado, y saben, que, reconociéndola, se liberan de ella más rápidamente. Pero reconocerlo, no es suficiente, debes vivir esa experiencia en tu mente, con el pensamiento subyacente: “me estoy liberando de esto”, de esta manera no se introduce en el fondo del subconsciente. Después sigue la contemplación, que te lleva a la concentración.
Tercer paso: concentración:
El enfoque de la concentración debería ser: “yo soy el responsable de esto, soy el responsable de mi miseria, soy el responsable de mi odio,”! yo soy el responsable!”; admites que tú mismo eres la causa del problema. Normalmente la gente culpa de sus problemas a algo exterior,” es debido a mi jefe, a mi marido, a mi gurú”, y cuando no puede echar la culpa a nadie más, culpan a Dios. Pero éste antiguo conocido no es responsable de cómo tú te sientes. Dios es una energía neutra que se puede utilizar de cualquier forma.
Conoces el dicho de que se gasta más energía en enfadarse que en sonreír; de la misma forma se gasta más energía en odiar que en amar. Es la misma energía.
Y aquí llegamos al punto de cómo economizar energía: cómo utilizar la energía con sabiduría.
Intensificando una emoción, como el odio, la pobreza, se disipa este sentimiento; esto es necesario hacerlo. Así, al comienzo, tienes que dar y expandir la energía, la economía, viene después, cuando este sentimiento se ha transformado en su opuesto.
Para economizar, transforma el odio en amor, y los sentimientos de pobreza en sentimientos de prosperidad.
Cuarto paso: imaginación y visualización.
La imaginación juega un papel muy importante. Un pensamiento por su naturaleza es una cualidad abstracta, incluso hay algunos maestros espirituales que consideran el pensamiento como materia, como una sustancia muy fina. El pensamiento es materia y toda materia puede moldearse.
¿Cómo se puede moldear el pensamiento?: contemplándolo, analizándolo y aceptando nuestra responsabilidad en él. Tan pronto como admites en ti mismo, es por mi causa, la batalla está ganada.
Yo he trabajado con muchos alcohólicos, y la parte más difícil para ellos es admitir “soy un alcohólico”, una vez que pueden admitir su problema, la ayuda se hace mucho más fácil.
Con el uso de la imaginación se pueden moldear las fuerzas del pensamiento que hay dentro de uno mismo, la manera de hacerlo es visualizarse a uno mismo en la posición en la que uno quiere estar. Si piensas que el dinero trae prosperidad, entonces te ves a ti mismo y te visualizas en una casa muy bonita y en un Rolls Royce.Visualizalo, porque cada pensamiento puede llegar a hacerse realidad.
Cuando más piensas en la pobreza, más pobre llegas a ser; es por eso por lo que se dice: “el rico se hace más rico y el pobre se hace más pobre”; porque el pobre siempre piensa en términos de pobreza, mientras que el rico siempre piensa en términos de su posición, su poder, su riqueza, y esto atrae más poder y más dinero. Nosotros creamos el aura que nos circunda.
Lo mismo ocurre con el amor. Si te haces a ti mismo amable, no existe poder en la tierra que pueda parar a la gente de amarte. No conozco a ninguna persona en el mundo que me odie, ¿por qué?, porque me he entrenado a mí mismo para ser amable, esto requiere dar amor, el que da es siempre el ganador. DA amor, da amor y dirígelo a todo.
Usando la imaginación y la visualización, uno se puede visualizar en la posición deseada. Si sientes que tu corazón está cerrado, visualiza que tu corazón está abierto y todo el Universo está compuesto únicamente de Amor. Contempla el antiguo dicho de que Dios es Amor y el Amor es Dios, y si Él es omnipresente, entonces todo debe ser Amor. Con esta clase de contemplación se puede desarrollar una mejor comprensión del Amor.
Practicando una adecuada contemplación se puede desarrollar una comprensión de cualquier objeto al que se dirija la atención y así la mente se hace más concentrada.
Cuando la mente se vuelve más concentrada, se puede pensar de forma más poderosa, las energías no se dispersan. Cuando se piensa con fuerza y energía, cada pensamiento, cada visualización, llega a ser un deseo ardiente. Si un deseo no es ardiente, el deseo es indiferente, poco entusiasta.
Este es el proceso para desarrollar la conciencia de prosperidad, pero todavía no es suficiente.
La razón por la que enseñamos las prácticas de visualización es para que se pueda aprender cómo se puede focalizar la mente automáticamente, sin forzarla a concentrarse.
La diferencia entre éxito y fracaso en la vida es la concentración.
Para un estudiante es importante que se concentre mejor en su trabajo, para un hombre de negocios, es importante que se concentre en sus negocios, para un profesional en su profesión, y así sucesivamente.
Una vez que la mente se ha concentrado, no puede vivir en concentración todo el tiempo.
La concentración requiere energía, ¿de dónde viene esa energía?, la mente necesita apoyo, ¿de dónde viene ese apoyo?, el apoyo viene de la meditación.
Quinto paso: meditación.
La meditación es un proceso mediante el cual la mente bucea profundamente en sí misma en un amplísimo depósito de energía con el fin de extraerla.
La energía extraída ayuda a la visualización y a la concentración. Pero lo más importante es que se reorganizan los esquemas de la mente subconsciente.
La mente subconsciente está compuesta de impresiones o samkaras.
Tú eres conciencia, tú no tienes conciencia, eres conciencia en sí misma. Sin conciencia no hay Existencia. Después de todo, ¿qué es la Divinidad?: La conciencia.
Tu reconocimiento de la Divinidad depende de cuanta conciencia tienes de la conciencia.
Nuestros pensamientos crean los límites de lo que nosotros consideramos que es la realidad; todas esas impresiones almacenadas y amontonadas en la mente durante miles y miles de años; desde el bing-bang en el que fuiste lanzado al flujo de la evolución hasta que llegaste al estado actual, todas esas impresiones están ahora en tu cuerpo sutil, en tu mente, porque el cuerpo sutil es tu mente.
La Mente Universal está individualizada, porque tú mismo le has añadido individualidad debido a tus pensamientos. Es un círculo vicioso, cada pensamiento de “yo soy Juan, yo soy Pedro…”, no es nada más que el ego pensando.
¿De dónde viene el ego?, ¿Dónde reside?, nuestro ego es el subconsciente, y es la barrera que obstaculiza que la Luz del supraconsciente brille radiante e ilumine el consciente, el nivel analítico de la mente.
Es necesario ir al nivel supraconsciente, y esto lo hace la meditación.
Es a través de este proceso como se puede crear la conciencia de prosperidad. El pequeño sector consciente de la mente no es suficiente. Hay que ir al subconsciente y después al nivel supraconsciente. La razón por la que hay que ir al subconsciente es para reorganizar sus esquemas y esto requiere una energía que la mente consciente no puede aportar.
Pero el subconsciente tiene la capacidad de atraer energía de un nivel superior, el agua siempre va hacia abajo en una colina y no hacía arriba- de lo superior hay que ir hacia abajo, a lo inferior.
En resumen, si tus pensamientos de odio o de pobreza persisten en tu mente, siéntelos de forma muy intensa, con el pensamiento “me estoy liberando de estos pensamientos que me causan tanta miseria”. Esto es el fundamento o las bases en las que se debe realizar la intensificación de una emoción o situación. Después de la intensificación se realiza la contemplación.
Si contemplas cualquier situación de la vida, encontrarás que la puedes cambiar. Tú la has creado, y puedes recrear o reformular las energías en el esquema que tú quieras.
Si piensas que tu ser querido no te ama, ¿qué haces?, crea en tu mente la idea de que él te ama. Deja que ese pensamiento predomine y la práctica te ayudará. Sientes esta intensidad y en la contemplación te dices: “él me ama, porque ¿qué hay de malo en mí?”. Yo soy hijo de la Divinidad, yo soy el Dios vivo, y ese Dios no está sentado en su trono, Él está aquí y ahora.
Con esta clase de contemplación uno se siente fuerte. Y después, acompañando a la contemplación se usa la afirmación.
Sexto paso: afirmación:
¿Por qué te dices a ti mismo: “soy pobre, soy pobre, soy pobre” ?; afírmate a ti mismo “soy rico, soy rico, soy rico”, visualízalo; ¡pero hay un secreto, La mente no lo va a aceptar inmediatamente! Visualízate a ti mismo en tu negocio haciéndose más próspero, viviendo en una casa mejor, con un coche mejor.
Un factor importante en la afirmación que acompaña a la contemplación es “estoy empezando a ir mejor, a estar mejor, estoy empezando a prosperar”; este “estoy empezando a ” es importante para que la mente lo pueda aceptar, no que ya lo seas.
Si te visualizas en un bello castillo escocés, eso no va a venir, pero si piensas “estoy empezando a ”, guías tu mente, la reorganizas de forma que piense positivamente.
Para cambiar la conciencia hay que profundizar en las prácticas espirituales.
Las terapias habituales tienen un cierto valor, pero para cambiar de una forma profunda y real, es necesaria la fuerza que se extrae con las prácticas espirituales, porque la energía que obtenemos a través de ellas es tan fuerte que elimina las limitaciones de nuestros propios pensamientos, Porque la realidad no tiene límites, son solo nuestros pensamientos lo que nos hace limitados.
No existen límites cuando se implica la conciencia. De acuerdo con Blake, “se puede tener la eternidad en una hora”, “La conciencia está en la palma de tus manos”. No existe principio ni fin para la conciencia: es Eterna, Inmortal, es, fue y siempre será. En realidad, la conciencia es la Divinidad.
Llegar a ser más consciente de la grandeza que hay en ti.
Nosotros podemos crear esta conciencia a través de un proceso sencillo al que dedicamos un poco de nuestro tiempo, una hora al día.
La gente se queja de que no tiene tiempo para meditar, eso no es cierto; hay tiempo para ir al cine, tiempo para ir al baño y para hacer cualquier otra cosa.
¿Por qué tienes tiempo de ir al baño?, porque es una necesidad apremiante; ¿por qué las prácticas espirituales no son una necesidad apremiante cuando es lo más importante de tu vida?
A través de ellas te haces más y más consciente de ti mismo y de la grandeza que hay en ti; ¡la vida puede llegar a ser tan feliz!, más y más feliz cada día. Y nosotros ponemos nuestros pensamientos, energía y tiempo en cosas negativas y no en cosas positivas. Todos tenemos tiempo de meditar.
Esfuerzo consciente .
Si un hombre quiere mejorarse a sí mismo tiene que hacer algo por ello. Si un hombre se arrastra en la suciedad y el fango y no quiere salir de ahí, permanecerá ahí.
Debemos hacer un esfuerzo consciente para encontrar el sentido de la conciencia.
Aunque es omnipresente y universal, la experimentamos limitada debido a la fragmentación personal.
• Las prácticas espirituales están diseñadas para producir integración.
• Son un agente de limpieza poderoso, eliminan la suciedad.
• Hacen que nos podamos enfrentar de forma honesta en el espejo.
• Incrementan la capacidad de ser consciente y te llevan a una mayor realización y comprensión.
• La conciencia que permanecía dormida en ti, se va despertando paso a paso.
• Cuando con más profundidad entras en los niveles sutiles de la mente más
poderoso y dinámico te haces.
Esta combinación de factores de los que he hablado son los que proporcionan la conciencia de prosperidad, y es lo que todos necesitamos. No se consigue deseándolo (con un pensamiento “desecante”), esto no ayuda nada, los deseos están solo en la superficie de la mente.
Es necesario introducirse en la profundidad para que el deseo llegue a ser un deseo ardiente.
Lo que elijas como meta a conseguir es asunto tuyo.
Pero la cosa más grande a conseguir es la totalidad de la Existencia, de manera, que puedas tener el Universo en la palma de la mano.
Si pones un apóstrofe entre la “I” y la “M” en la palabra “imposible” (en inglés), imposible se transforma en “I´m possible” (yo soy posible). Esto es lo que la gente tiene que comprender. No digas: “soy un pecador, soy un pecador”, “soy débil, soy débil”, porque te harás más débil. Di, “soy fuerte”. Aquellos que están interesados en la religión y en la teología pueden siempre decir: “si Dios está conmigo, ¿quién puede hacerme daño?
Una afirmación no debe ser un pensamiento frío, sino que debe ser sentido dentro de uno mismo, donde cada célula de tu cuerpo se estremezca con ese pensamiento, y se convierta en realidad.
Descarte dijo: “Pienso luego existo”. ¿Qué pienso?, ¿qué soy? Si pienso de mí mismo que soy pequeño, soy pequeño; si pienso que soy grande, soy grande.
El pensamiento debe nacer en lo profundo de uno mismo, cargado de emoción y de experiencia.
La vida puede cambiarse. Todos conocéis el dicho, “soy el maestro de mi destino”.
¿Por qué eres el maestro de tu destino? Porque consideras el yo y el destino como algo separado, y esto es una falacia. Yo no soy el maestro de mi destino, yo soy el Destino.
Ser maestro, es algo de un nivel mucho más bajo. Yo soy el Destino. Desde luego, siendo maestros o enseñando, conseguimos cultivarnos, alimentarnos y cuidarnos.
Ambas afirmaciones son verdaderas. Soy el maestro de mi destino porque puedo cambiarlo. Y una realización más elevada sucede, cuando el destino y el “yo” no están separados.
Yo soy el destino, yo soy lo que soy.
¿COMO PODEMOS HACER LA VIDA MENOS PROBLEMÀTICA?
¿QUE DIFERENCIA HAY ENTRE VIDA DIVINA Y VIDA HUMANA?
Encontráis la vida problemática porque vosotros creáis en vuestra mente la distinción de que la Mente Divina está separada de la mente humana.
El día que la humanidad se dé cuenta de que la vida humana no es diferente de la Vida Divina, no habrá problemas, porque lo que tiene valor es la Vida Divina.
Vuestros problemas vienen porque vuestra mente os dice continuamente, debido a los condicionamientos previos, que vuestra vida humana es insignificante y sin valor.
Esta es la mayor falacia perpetrada contra la humanidad por todo tipo de teologías a través de todos los tiempos y en todo el mundo. Si la teología no se hubiese convertido en un negocio, sino que hubiese empezado por el principio esencial de que sois divinos, y os hubiese formado durante estos miles de años, en la idea de que sois divinos, estos problemas no existirían.
Entonces, ¿qué eres tú?, solo una marioneta; y las cuerdas están movidas por la gente en el poder. Si no movieran las cuerdas no podrían llevar adelante sus negocios. Las dos compañías más ricas del mundo son las iglesias y las compañías de seguros; las iglesias te prometen la salvación después de la muerte, y las compañías de seguros te prometen una gran cantidad de dinero después de muerto.
La vida humana no está separada de la vida divina.
Pero ¿no veis que esta vida con toda su belleza es en sí divina? Desde que te levantaste esta mañana, ¿cuantas cosas has visto a tu alrededor? De los cientos de cosas que has visto desde que te levantaste esta mañana hasta ahora, ¿se ha dirigido tu mente por sí misma hacía lo que es divino? No, no lo ha hecho. Solo has visto la vida de acuerdo con tus propias ideas preconcebidas, y como son tan dirigidas y limitadas, tu concepción de lo que te rodea contiene únicamente lo que tú consideras de valor en la vida humana. Sin embargo, yendo a un funcionamiento algo más profundo de la mente, verás que la vida humana no está separada de la vida divina. Tú eres divino.
Todo lo que percibes es divino y cualquier órgano de la percepción es en sí mismo divino. Porque el objeto de la percepción y el acto de percibir son lo mismo. Sin sujeto, el objeto no puede existir, pero no os dais cuenta porque estáis completamente condicionados.
La vida es divina, y cuando hablamos de libre albedrío y voluntad divina, seguimos creando distinciones una y otra vez. Solo existe una voluntad, y esa libertad combina lo que consideráis libre albedrío con lo que consideráis voluntad divina.
Porque realmente, ¿qué es vuestro libre albedrío?, ¿pensáis que sois realmente libres?; vosotros no sois libres. Estáis completamente condicionados. No existe una sola parte de vuestro cuerpo o vuestro pensamiento que podáis realmente controlar; y, sin embargo decís: “tengo libre albedrío”.
Tu corazón late, la sangre circula por tu sistema, millones de células trabajan para mantener tu cuerpo funcionando, ¿cuánto de esto controlas?; ¿qué derecho tienes entonces a decir que tienes libre voluntad?
Dentro de un determinado contexto podéis decir: “mi voluntad es libre, bajaré andando los tres pisos o usaré el ascensor”, esto es lo más lejos que podéis llegar. Pero decidme, ¿qué hace que decidáis tomar la escalera o el ascensor?, ¿qué elemento ha estado funcionando para que tú decidieras? Es el poder que está dentro de ti, funcionando todo el tiempo a través del nivel supraconsciente de la mente.
Habéis sido dirigidos por vuestra mente para que penséis que actuáis con libre voluntad, porque lo que está condicionado, piensa que es libre. ¿Quién es el que piensa?, Alguien que está limitado, cautivo; luego, ¿cómo podéis pensar que sois libres?; cuando ese alguien está encadenado y con grilletes.
¿Qué hacer para desembarazarnos de los problemas?
La vida no es un problema en absoluto. Vosotros creéis que es problemática, pero no lo es; sólo puede llegar a ser problemática si creemos que lo es. ¿Qué derecho tenéis para decir que la vida es problemática?, ¿quién está juzgando los problemas de la vida?
Vosotros estáis juzgando esos problemas.
Cuando dices: yo juzgo los problemas de la vida, ¿qué parte de ti está haciendo el juicio?, ¿el nivel más elevado de la mente?, no, porque en el supraconsciente no hay problemas. Es el nivel consciente de la mente; incluso Einstein solo pudo utilizar una pequeña parte de su mente. Solo esa pequeña parte analiza tu vida entera, y discrimina entre una vida divina y una vida humana; y debido a este planteamiento dualístico, uno encuentra problemas.
Así, ¿qué hacemos para quitarnos los problemas? Tomamos el acercamiento monástico al tema, en el “yo y mi Padre somos uno”, utilizamos este planteamiento en cualquier situación. Lo que sucede cuando se utiliza este planteamiento en una situación dada es esto: “yo no soy hacedor, Él es el Hacedor”. Y si él es el Hacedor, ¿quién eres tú para quejarte? Tú misma queja es el problema, si no tuvieras necesidad de quejarte no habría problema.
Yo no soy el hacedor, Él es el hacedor.
Así que dejamos todo a esa Voluntad Divina. “Tú, viejo amigo, eres el Hacedor, no me culpes a mí, porque tú controlas cualquiera de mis movimientos; sin ti y tu energía no puedo ni siquiera levantar un brazo”. Eso nos llevará a aceptar la situación en la que estamos, automáticamente dejamos de hacer resistencia, nos rendimos a nosotros mismos.
Nos rendimos, no solo a nosotros, sino también a lo que la mente pensaba que era un problema; así, ¿cómo puede haber un problema?, lo hemos tirado por la ventana.
Yo no soy el hacedor, Él es el hacedor. Porque es el Hacedor, yo acepto las circunstancias en las que estoy, entonces me rindo yo mismo a la circunstancia.
Aceptando y sin embargo no aceptando.
Hablando de una manera práctica, vosotros ni negáis ni aceptáis lo que hay allí, lo que hay que hacer es aceptar las circunstancias. Por ejemplo, si tienes las piernas amputadas, tienes que aceptar que no tienes piernas, pero eso no significa que seas un inútil; esto te lleva a un punto medio, “no tengo piernas, no puedo andar”, pero no te vas a quedar simplemente ahí porque estés aceptando que no tienes piernas.; al contrario, al no tener piernas, desarrollarás una facultad en tu interior que hará tus brazos más fuertes y tu corazón más abierto. Encontrarás que hay un aspecto diferente en ti mismo que te ha compensado el no tener piernas.
A lo largo de la vida, con cualquier problema, lo mejor será aceptar y sin embargo no aceptar.
Las soluciones surgen solas.
La mejor manera de resolver un problema en la vida, es retirar la mente del problema, así lo puedes ver objetivamente. Cuando puedes ver objetivamente un problema, se convierte en “no problema”, porque ya no existe dentro de ti.
Cuando ves un problema objetivamente, de tal manera que no afecte a tus emociones y pensamientos, disminuye su impacto, y cuando disminuye su impacto, la mente se hace más clara. Cuando objetivistas un problema con la mente más clara, las soluciones simplemente aparecen. Hablando con propiedad, no existen problemas.
Todo es una oportunidad.
En toda adversidad, hay una maravillosa oportunidad sintonizada con toda la existencia. Es muy sencillo, es simplemente dónde pones tu atención personal.
Simplemente pones un “no” delante del problema, y los problemas desaparecen en la buhardilla; allí es dónde pertenecen, no van contigo mientras vives y respiras, mientras sonríes y disfrutas de la vida.
¡Porque ésa es tu Verdadera Naturaleza! ésa es la Verdad!, ¡esa es la Vida!, ese es el ¡Camino!
Dios es quien te busca en todo momento.
Aceptación y entrega van mano con mano, y cuando marchan mano con mano, un sacrificio ocurre.
No el sacrificio de la individualidad, sino el sacrificio del sentido de la individualidad, que en este contexto significa que vida divina y vida humana se han fundido en la unidad.
Cuando la vida divina y la vida humana se funden en unidad, sin sacrificar la individualidad, ¿qué es lo que existe?, lo que existe eres tú, tu yo real, en el que la Divinidad está fundida.
Tú no lo buscas, para empezar, no sabrías ni dónde encontrarla, pero te fundes con la Divinidad, creas las circunstancias en las que la Divinidad se funde contigo; es por lo que he dicho muchas veces: “da un paso hacía Dios y El dará diez pasos hacia ti”.
Dios es quien te busca en todo momento, tú te empecinas diciendo “yo busco a Dios”, pero no lo haces, solo puedes regar la planta, pero no puedes hacer crecer la planta; así que haz tu parte, simplemente riega el jardín y deja el resto a la Voluntad Divina.
¿Con qué riegas el jardín de la vida?, Con muy poco, no necesitas el océano entero para regar el pequeño jardín que tú llamas vida; un par de cubos de amor, eso es todo, amor lleno de sinceridad y honestidad, con el sentimiento, de que cuando miras a los ojos de tu amado, te fundes y sientes realmente un profundo amor.
Este mismo sentimiento debe convertirse en ti mismo, en la totalidad de ti. Tú no creas un sentimiento, sino que te conviertes en el sentimiento. ¿Qué es lo que sientes?, Amor, y es tan fácil.
No te esfuerces por amar, el amor llega a ser la vida misma.
Esto es por lo que hay verdaderos Maestros espirituales. Sus cubos, los que os dan a todos vosotros, tienen agujeros con tapones, y te dicen: “llena el cubo”; después de llenar el cubo, simplemente quita esos tapones.
Pasea por el jardín llevando el cubo en tu mano, el cubo se hace más ligero y el jardín se riega; y esto ¿qué significa?, significa que tú no te obligas a amar, sino que el amor se hace vida, el amor nunca puede forzarse, eso es presuntuoso, simplemente fluye por sí mismo.
Destapa el cubo, deja que el agua salga, y simplemente pasea admirando las flores de la vida. Cuando aprendas de verdad a admirar las flores de la vida, encontrarás que no hay diferencia entre vida humana y vida divina, y cuando descubras esto dirás: yo existo.
Yo me atrevo a cambiar la afirmación de Descartes “pienso, luego existo”, es “existo, luego pienso”
La mayor parte del tiempo yo estoy pensando basura, pienso basura el 99´99 % del tiempo porque estoy separándome del Padre, cuando no hay ninguna separación. Vengo de Dios y todavía soy una parte de Dios, no estoy separado del Padre.
Yo y mi padre somos uno.
En vez de pensar, “yo estoy alejado de la Divinidad”, utiliza el mismo pensamiento para decir “yo soy uno con la Divinidad”, no se necesita más energía, ese pensamiento deshará todos los modelos preconcebidos de la mente.
Cuando sientes esto con profunda intensidad y te conviertes en ese sentimiento de que “yo y mi Padre somos uno”, verás la vida con una perspectiva completamente diferente; la primera cosa que ocurrirá es que te quitas el sentimiento de inadecuación, y lo mejor, es que vas a ganar un fluir total, natural y espontáneo.
¡En ingles, solo necesitas una “f” para cambiar la palabra “low” (bajo) en “flow” (fluir), así que, para toda esa tontería, deja de dar vueltas en tu cabeza a otras palabras que empiezan por “f”, espabílate!, añade una “f” a “low” y fluye.
Ni siquiera necesitas desarrollarte, estás completamente desarrollado dentro de ti, tal como eres, solo necesitas abrirte.
Estar en la presencia del padre, estar completamente desnudo.
Abrirse significa esto: estar desnudo, despojarnos de todos los caprichosos adornos de la mente; estar en la presencia del Padre, estar verdaderamente desnudos. Esto significa que no tienes nada que esconder, porque cualquier parte tuya es divina. Y cuando te acercas a la Divinidad, teniendo todavía una estructura dualista de la mente, será mucho más fácil si sabes que estas desnudo, pero no inhibido, y con mi desnudez, que significa sinceridad y honestidad, estoy en la presencia del Padre.
Es realmente hermoso estar desnudo.
No hay diferencia entre vida humana y vida divina. Invítale a él a tu vida humana y verás cómo tu vida se transforma inmediatamente. Tu vida se transformará tanto, que incluso olvidarás tu vida humana.
Hablando desde la experiencia personal, con cada aliento que tomas, sientes como si perdieses la conciencia de que estás respirando, porque una conciencia más elevada existe, y en cada inspiración, te parece que es Dios quien respira.
¿Quién soy yo?, yo soy El.
¡Esto es autorrealización!, esto es encontrarte a ti mismo, eso es “hombre conócete a ti mismo”. Esto es la respuesta a la más grande respuesta del mundo: ¿Quién soy yo?.
Esta pregunta nunca puede ser respondida intelectual o racionalmente. Solo puede ser experimentada.
La respuesta solo puede ser realizada. La mente preguntará: ¿Quién soy yo?; y el ser interno responderá: “Yo soy El”.
Eso es la total integración de tu personalidad: mente, cuerpo y espíritu ya no saben más de diferencias, se convierten en uno, hasta tal extremo, que lo que llamamos tú, se hace uno con el Todo.
Cuando te haces uno con el Todo, ¿cuán lejos estás de la Divinidad?, nada lejos, desde luego. Todo dualismo desaparece y te haces Divino. Cuando te haces Divino y tienes esta autorrealización, la vida deja de ser problemática.
La culpa es de tu imaginación.
Realmente no hay ningún problema en absoluto, pero tu mente te hace pensar que existe un problema; ¿qué es en realidad un problema?, es únicamente tu mente diciéndote que tienes un problema, y ¿cómo tranquilizar la mente?
Tu mente está llena de todo tipo de imaginaciones flotando todo el día, cambiando todo el tiempo, ¿cómo entonces puede tu imaginación ser lo bastante real para crear un problema?, porque el único problema cierto es que tú no tienes ningún problema real, tú imaginas un problema que es inexistente, te imaginas cosas que no existen. Tu imaginación tiene la culpa, es solo un fabricante de imágenes que no tienen sustancia.
Tú eres tú, y no necesitas ninguna sustancia para tu ser, porque tú eres la sustancia de la vida, y la vida no exige ninguna sobre imposición; los pensamientos y cualquier sobre imposición siempre se hacen problemáticos; no existen problemas fuera de ti mismo, se crean en tu interior.
Amados, ser felices, y cuando un problema venga a vuestra mente, con calma y control hacer la práctica de Gurusakti, porque vuestro Amado está allí todo el tiempo, para resolverlos todos; y no sentirás ningún problema, conocerás la presencia del Amado que te ayuda a través del Gurusakti. La Gracia está ahí.
Tú no estás separado de Dios, Él es tu apoyo. Dios siempre está ahí, El siempre será tu apoyo.
La consciencia de la prosperidad se refiere a un estado de conciencia en el que una persona reconoce y se sintoniza con la abundancia y la prosperidad en todas las áreas de su vida. Se basa en la creencia de que el universo es abundante y que todos merecen y tienen el potencial de experimentar la prosperidad en diferentes aspectos, como el financiero, el emocional, el espiritual y el relacional.
La consciencia de la prosperidad implica adoptar una mentalidad positiva y de apertura hacia la abundancia. Se trata de reconocer y superar las creencias limitantes y los patrones de pensamiento negativos relacionados con la escasez y la falta, y en su lugar, enfocarse en las posibilidades y oportunidades que el universo ofrece.
Para desarrollar la consciencia de la prosperidad, es importante cultivar una actitud de gratitud y apreciación por lo que se tiene en la vida. Esto implica valorar y reconocer los recursos y las bendiciones presentes, en lugar de enfocarse en lo que falta o en la carencia.
Además, es fundamental desarrollar una mentalidad de abundancia y aprender a establecer metas y objetivos claros en relación con la prosperidad que se desea experimentar. Esto implica crear una visión clara y alineada con los valores y deseos personales, y tomar acciones coherentes para materializar esa visión.
La consciencia de la prosperidad también implica cultivar una actitud de generosidad y dar. Cuando se reconoce que hay suficiente para todos, se puede experimentar la alegría de compartir y contribuir a la prosperidad de los demás, lo que a su vez crea un ciclo de abundancia y gratitud.
Es importante tener en cuenta que la consciencia de la prosperidad no se trata solo de acumular riqueza material, sino de experimentar una sensación de plenitud y satisfacción en todas las áreas de la vida. Se trata de encontrar un equilibrio entre el bienestar material y el bienestar emocional, espiritual y relacional.
Desarrollar la consciencia de la prosperidad es un proceso personal que requiere tiempo, atención y práctica. A través de la autoreflexión, el autocuidado, la transformación de las creencias limitantes y la adopción de nuevos patrones de pensamiento y comportamiento, se puede cultivar una consciencia de la prosperidad y crear una vida plena y abundante.